Los ‘samuráis azules' sufrieron más de lo esperado ante unos motivados qataríes, que lograron adelantarse por dos veces en el marcador y que soñaron con la clasificación hasta que, en el minuto 89, el defensa Masahiko Inoha les robó la ilusión.
Antes, el equipo dirigido por Alberto Zaccheroni tuvo que tirar de experiencia y casta para cambiar el signo del marcador en un partido muy intenso que se le complicó en exceso en el minuto 60, con la rigurosa expulsión del defensa del Velo holandés, Maya Yoshida.
El técnico francés Bruno Metsu, por su parte, planteó un choque muy táctico, con una fuerte presión en la línea de creación nipona y una rápida salida al contraataque que causó muchos problemas al juego de toque de sus rivales.
A los 12 minutos, una pelota perdida en medio campo llegó al uruguayo nacionalizado qatarí Sebastián Soria, quien en posición dudosa y tras recorrer unos 40 metros en la banda, se plantó en el pico del área chica y con mucha clase batió al reaparecido Kawashima.
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El tanto desató la euforia en las pobladas gradas del estadio Al-Gharafa de Doha, donde miles de qataríes comenzaron a albergar un impensable sueño que a la postre se tornaría en una faraónica decepción.
Sin embargo, apenas afectó a los samuráis azules, bien dirigidos por sus dos mediocentros, Keisuke Honda (del CSK de Moscú) y Makoto Hasebe (del Wolfsburgo alemán).
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A base de calidad y paciencia, ambos comenzaron a romper la presión y a encontrar con más asiduidad y profundidad a los dos hombres de referencia arriba, Shinji Okazaki y Shinji Kagawa.
Este último, estilete del Borussia de Dortmund alemán, fue la gran figura de un encuentro de alto voltaje en el que marcó dos goles y fue pieza fundamental en la consecución del tercero y definitivo.
La partitura del choque apenas varió tras el descanso. Japón, aplicado en defensa, trataba de tocar en el centro del campo en busca de espacios, mientras que Soria -el mejor de su equipo- y la línea de medios árabe se desgastaban en la presión.
Así, en el minuto 59 llegó la jugada clave, que puso el partido de cara para los anfitriones.
El árbitro malayo Subkhiddin Mohd Salleh enseñó una segunda tarjeta amarilla muy rigurosa a Yoshida, tras una falta en el lateral del área.
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El golpe franco lo sacó con maestría el brasileño nacionalizado qatarí Fabio César para hacer el 2-1 con la complicidad de un desafortunado Kawashima.
Con sólo treinta minutos por delante y un hombre más, el sueño árabe de acceder por primera vez a las semifinales dejaba de parecer un quimera.
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Sin embargo, la alegría duró apenas 10 minutos. El tiempo que Honda necesitó para filtrar de nuevo un balón en la frágil defensa local que Kagawa, solo ante la desesperada salida de Qasem, resolvió con lucidez.
El gol aplacó la euforia de los anfitriones y concedió aplomo a los japoneses.
No obstante, fueron los qataríes los que gozaron de las mejores ocasiones en el tramo final, ambas en las botas de sus dos estrellas sudamericanas, y en especial de Fabio César, que sorprendentemente había iniciado el encuentro en el banquillo.
Pero sería el defensa Masahiko Inoha el que, al igual que sucediera en el primer partido del campeonato con Jordania, salvara los platos de su equipo con un gol en el minuto 89 en una jugada calcada a las anteriores.
Pase al interior del área que recoge Kagawa, al que derriba un defensor tras regatear al portero. La fortuna llevó el balón a los pies de Inoha, quien lo empujó a la red y llenó de lágrimas a un pequeño país que hoy soñó con hacerse grande.
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En el otro partido del grupo, Uzbekistán impuso su mayor consistencia como equipo para derrotar (2-1) a una correosa Jordania y acceder así por primera vez en su historia a las semifinales de una copa de Asia.
El partido se resolvió en los dos primeros minutos del segundo tiempo en los que el delantero uzbeko Bakayev aprovechó sendos despistes de la zaga árabe para darle a su equipo una ventaja que sería definitiva.
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Ambas escuadras saltaron al estadio internacional Al Khalifa de Doha con un histórico premio en el horizonte: colarse por vez primera entre los cuatro mejores equipos asiáticos.
Y eso se percibió enseguida en el altísimo ritmo del encuentro, jugado con gran intensidad durante los primeros 45 minutos, en los que ambas escuadras gozaron de inmejorables oportunidades de cobrar ventaja pero las desaprovecharon.
Aunque los árabes después acortarían distancias y gozaron de alguna oportunidad para empatar, la sentencia siempre estuvo más cerca que el posible empate.
Uzbekistán se enfrentará ahora al ganador del encuentro entre Australia e Irak, mientras que el rival de los japoneses saldrá también este sábado del Irán-Corea del Sur.