El uso podría comenzar en agosto, con los estudios de factibilidad en marcha incluso antes que los guardianes del fútbol tomen una decisión definitiva en julio.
La International Board (IFAB), a cargo de las reglas del deporte, rechazó este sábado seis sistemas y aprobó a dos para una ronda final de pruebas antes de decidir su uso en los partidos.
Si la IFAB queda satisfecha con la premura y exactitud de los sistemas de Hawk-Eye o GoalRef cuando se reúne el 2 de julio, los 20 estadios de la Premier tendrían seis semanas para instalar la tecnología.
La Asociación Inglesa de Fútbol (FA), uno de los ocho miembros de la IB, dijo que el calendario es probablemente demasiado breve para que los equipos puedan probar y calibrar el sistema para su uso en partidos competitivos.
Pero la Premier se mostró más optimista, al ser partidaria desde hace tiempo del uso de tecnología en la línea de gol.
"Saludamos los pasos de la FIFA y nos gustaría introducirlos en cuanto sea posible", dijo el director de comunicaciones de la Premier, Dan Johnson, a The Associated Press el domingo.
La liga ya invirtió con Hawk-Eye, de Sony, de un dispositivo para el fútbol y planea además conversaciones con GoalRef antes de la decisión de la IB.
Hawk-Eye es un sistema de cámara que sigue la trayectoria del balón y que es empleado exitosamente en el tenis y cricket. GoalRef, propiedad de una firma alemana-danesa, emplea un campo magnético con una pelota especial.
Ambos sistemas envían al árbitro una señal al segundo de que la pelota cruza la línea de gol, aunque el juez central retiene la autoridad para emitir la decisión final.
La FIFA espera que uno de los sistemas este listo para su uso en la Copa Mundial de Clubes en diciembre en Japón.
El respaldo de la FIFA al uso de tecnología en la línea de gol había sido resistido durante años, hasta que un error garrafal en el Mundial de Sudáfrica 2010 convenció al presidente Joseph Blatter de que era necesario emplearla para evitar situaciones similares en otros torneos.
Un remate del inglés Frank Lampard en un partido ante Alemania en los octavos de final del mundial sudafricano pegó en el travesaño y cruzó la línea, pero el árbitro no convalidó el gol e Inglaterra quedó eliminada de la competencia.