El jugador, en compañía del fisioterapeuta de la selección, Pavel Kolár, viajó a la capital checa desde Wroclaw, donde tiene su sede el combinado centroeuropeo durante la Eurocopa.
Los checos se enfrentarán el jueves a Portugal, en los cuartos de final del torneo continental.
"Hacemos todo lo posible e imposible para que Tomás pueda jugar. Por eso lo hemos mandado a Praga y no sabemos en qué condiciones volverá el martes", informó este lunes el director del equipo, Vladimir Smicer.
"Esto es lo peor: no sabemos en absoluto cómo estará cuando llegue", confesó Smicer.
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Si bien los primeros análisis de ultrasonido y resonancia magnética practicados la semana pasada en el hospital militar de Wroclaw no mostraron ninguna lesión, el jugador no pudo entrenar ni tampoco saltó al campo el sábado contra Polonia.
Los médicos del equipo lo achacan a una sobrecarga, sin que exista ninguna rotura ni inflamación, ni cambio patológico serio en estructura del ligamento.
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"El sábado por la mañana trató de entrenar, pero el dolor no le abandonó en el campo", dijo el médico, Petr Krejci.