El puesto de entrenador pasa ahora momentáneamente a Mauro Tassoti, asistente de Allegri, y que tomará las riendas del equipo de manera ‘provisional' a la espera de la llegada de un nuevo preparador, según confirmó el propio equipo lombardo en su página web.
La paciencia de los dirigentes ‘rossoneri' con Allegri se agotó definitivamente cuando su equipo se vio desbordado por un Sassuolo que en menos de media hora de juego hizo trizas la defensa del Milán, con cuatro goles de su delantero Domenico Berardi, de 19 años.
A pesar de que Allegri había anunciado su marcha al final de temporada, su salida se adelantó, sobre todo, añade la prensa italiana, por petición de Barbara Berlusconi, que comparte con Adriano Galliani la gestión del club.
Según han avanzado los medios italianos, uno de los candidatos mejor posicionados para ocupar el banquillo del próximo rival del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones es el exfutbolista Filippo Inzaghi, actualmente responsable de los juveniles del Milan.
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No obstante, según señala en su web el diario ‘La Gazzeta dello Sport', en las últimas horas ha tomado fuerza la posibilidad de que el futbolista holandés Clarence Seedorf, de 37 años y todavía en activo en Brasil, pudiera ser requerido para el puesto de entrenador a petición del mismo Silvio Berlusconi, propietario del club.
Sea como sea, lo que ya es claro es que Massimiliano Allegri se despide de un banquillo que llevaba ocupando desde la temporada 2010/2011, año en el que consiguió sus dos únicos títulos al frente del Milan: una Liga y una Supercopa de Italia.
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Desde entonces, dos años en blanco para un equipo siete veces campeón de Europa y una temporada, la actual, en la que el conjunto está más cerca del descenso que de los puestos europeos en la liga nacional, han sido determinantes para que el Milan finiquitara a su entrenador.
El hecho de que el Milan haya sido el único equipo italiano capaz de clasificarse para los octavos de final de la Liga de Campeones no ha sido valor suficiente para evitar un cambio que pretende otorgar fuerza y alma a un equipo que hasta ahora no ha sido capaz de competir al nivel que se le presume.