"No hay que tener miedo a decir que queremos ganar la Copa", sostuvo en una entrevista con el diario El Mercurio el entrenador de origen uruguayo que dirigió a la Roja en tres ediciones del torneo: Bolivia 1997, Paraguay 1999 y Venezuela 2007.
"Chile tiene una plantilla importante, pero siempre nos quejamos por algo", consideró el actual técnico del Deportes Iquique, de la Primera División local, que llevó a la selección chilena al Mundial de Francia 1998, en el que alcanzó la segunda ronda.
"Esta selección se conoce, ha jugado y llegará en plenitud. El torneo es acá y tendría que andar bien. Hay que apuntar a ganarla, debería ser favorable. No vamos a empezar a decir que no llegamos bien preparados", sostuvo el técnico nacido en la localidad uruguaya de Paso de Los Toros.
Preguntado por el poderío de Brasil, Argentina o Colombia, favoritos al título, Acosta lamentó que "siempre miramos lo de afuera. Entonces, "¿para qué ilusionamos a la gente?".
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"Los jugadores tienen que prepararse para ganar la Copa América, Que no haya excusas: que la preparación empezó tarde, que los rivales, que las selecciones...".
Según el uruguayo, la actual generación de jugadores sí puede darle el título a Chile: "¿Hay jugadores en Europa? Sí. ¿Tienen buen rendimiento en Europa? Sí. ¿Qué problema tienes entonces? Los colombianos, argentinos, uruguayos, todos tienen jugadores afuera y la ambición de ganarla. ¿Por qué nosotros no?".
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Sobre su propia experiencia en la Copa América, Nelson Acosta recordó que en 1997 llevó a Bolivia un equipo alternativo porque apostaban a que el otro grupo se clasificara al Mundial de Francia.
"Y mal no nos fue", apostilló.
En la Copa de Paraguay 1999 Chile llegó a las semifinales, en las que cayó frente a Uruguay en la definición a penaltis y de Venezuela 2007 prefiere no acordarse.
Tras clasificarse a la segunda ronda, varios jugadores de la Roja se emborracharon y protagonizaron un escándalo en un hotel de Puerto Ordaz. En el siguiente partido Brasil goleó a la Roja por 6-1 y Acosta, que había autorizado la celebración, fue destituido.
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Semanas después llegó su sucesor, el argentino Marcelo Bielsa, bajo cuya batuta el fútbol chileno inició un ciclo virtuoso.