Este miércoles, en el Juventus Stadium, el Sevilla de Unay Emery, dos veces ganador de la Copa de la UEFA, reta a un Benfica que, además de ser el campeón vigente, sueña con dedicar la copa a la memoria de su jugador más legendario, Eusebio, "la Pantera Negra", que falleció en enero pasado.
El Benfica fue, precisamente, el primer rival del Sevilla cuando el equipo andaluz se estrenó en competiciones europeas, hace ya 57 años, y desde entonces no han vuelto a encontrarse. El Sevilla venció por 3-1 en el partido de ida, jugado en el viejo campo de Nervión, y en el de vuelta no hubo goles.
La emoción regresa a España tres días después. El líder de la liga, Atlético de Madrid, rinde visita al segundo, Barcelona, en el Camp Nou con tres puntos de ventaja, pero con el riesgo de que una victoria azulgrana, por mínima que sea, otorga el título a los de Tata Martino.
La omnipresencia del deporte español en este breve lapso no se agota en el fútbol. Un día después de que se resuelva el entuerto de la liga futbolística, un equipo español de baloncesto, Barcelona o Real Madrid, jugará en Milán la final de la Euroliga.
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Agotado el campeonato de liga, la semana siguiente estará presidida por la gran final de la Liga de Campeones, la primera de la historia que enfrenta a dos equipos de la misma ciudad, Real Madrid y Atlético de Madrid.
El sábado 24 de mayo, el Estadio de la Luz lisboeta, a la hora clásica de la Champions coronará campeón de Europa a un conjunto español: por décima vez si gana el Real, por primera si lo hace el Atlético.
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Once días de vértigo para el deporte español que servirá de aperitivo para el Mundial. Con los rescoldos todavía calientes de la llamarada de la final de la Champions, el fútbol español se dará casi de bruces con el Mundial de Brasil, donde los hombres de Vicente del Bosque defenderán su corona en territorio del pentacampeón Brasil, el "Scratch".
Fisioterapeutas, recuperadores y psicólogos trabajarán a destajo en los 19 días que median entre la final de la Champions y el comienzo del Mundial, el 12 de junio con el Brasil-Croacia, a fin de revitalizar los músculos y la mente de los jugadores, exprimidos a lo largo de una campaña española y europea de intensidad sin precedentes.
Gran parte de los jugadores que vestirán la camiseta roja llegarán al Mundial de Brasil con más partidos en sus piernas que sus rivales y con el desgaste mental derivado de un intenso estrés competitivo en batallas españolas y europeas.