El inglés Craig Gardner marcó de penalti al inicio del segundo tiempo para el Sunderland, lo que obligó al Arsenal a incrementar sus esfuerzos en un duelo que los londinenses dominaron de principio a fin y en el que Özil se erigió como el director de orquesta del equipo.
El centrocampista alemán de origen turco llegó al Emirates en el último suspiro del mercado de verano por 45 millones de euros, una de las inversiones más importantes que ha hecho en los últimos años el Arsenal del francés Arsène Wenger, partidario habitualmente de formar a sus propios futbolistas más que de fichar a estrellas consagradas.
Con todo, Wenger necesitaba dar un golpe de efecto ante las críticas que recibía por no estar reforzando a un equipo que la temporada pasada sufrió para entrar en la Liga de Campeones.
Así las cosas, el exfutbolista del Real Madrid no tardó más de diez minutos en demostrarle al técnico francés su acierto al ficharle: aún en los primeros compases del partido, Özil controló en carrera, con un toque sutil, un largo pase que llegaba desde casi cuarenta metros por detrás.
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El alemán, por la izquierda, sólo necesitó dar dos zancadas, levantar la vista y desplazar el cuero hacia el centro del terreno de juego para que Giroud pudiera conectar el balón de primeras hacia el palo corto y dejarlo en la red para sumar su cuarto gol esta temporada en cuatro partidos.
El Arsenal jugaba con velocidad y precisión a pesar de las numerosas ausencias con las que saltaba al campo, la más importante de ellas la del español Santi Cazorla, a quien Wenger decidió dar descanso en el último momento.
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La ausencia del asturiano, que dejó toda la responsabilidad como organizador de juego a Özil, se sumaba a las bajas de última hora del central alemán Per Mertesacker y el checo Tomas Rosicky, además de los lesionados de más larga duración Mikel Arteta y Lukas Podolski.
A pesar de las bajas, los "gunners" se mostraban agresivos y dominadores, y en el primer tiempo crearon diversas opciones para ampliar su ventaja que no lograron definir.
Durante gran parte de la primera parte, el último defensa del Arsenal estaba en campo del Sunderland, un rival que parecía incapaz de plantar cara al conjunto londinense.
La sorpresa de los locales la propició el defensa "gunner" Laurent Koscielny, que derribó a Adam Johnson en el área y cedió un penalti que convirtió Craig Gardner, que había saltado al campo después del descanso, con un potente tiro cruzado hacia la izquierda.
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Los visitantes tardaron casi veinte minutos en volver a poner orden en el partido: lo hicieron gracias a un centro de Carl Jenkinson prácticamente desde la esquina derecha que remató de primeras, desde fuera del área, Aaron Ramsey.
Con el Sunderland rendido, Özil volvió a ser el centro de una nueva jugada de billar del Arsenal que acabó en gol. El alemán dejó un balón para Giroud, que a su vez lo cruzó al primer toque para que fuera Ramsey el que lo enviara a puerta y sellara su doblete.
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