El clásico sudamericano se disputaría el 5 de septiembre en San Francisco, pero fue cancelado debido a que dos empresarios argentinos, propietarios de Full Play, la empresa de mercadotecnia que poseía los derechos del encuentro, permanecen bajo arresto domiciliario en Argentina tras ser acusados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos en mayo, tras una extensa investigación de corrupción en el fútbol.
La compañía encargada de la logística de la selección de Argentina señaló que aún existe posibilidad de que el encuentro se realice en Estados Unidos, pero sin que Full Play esté involucrado.