Raúl González encontró en El Molinón el escenario adecuado para rebasar la marca de Di Stefano y sellar su cifra anotadora como madridista en los 309 tantos.
El triunfo del Real Madrid en Gijón envolvió la reivindicación de alguno de sus jugadores, en ocasiones cuestionados. Así, el holandés Klaas Huntelaar, llegado en el mercado de invierno, marcó su primer gol como madridista.
El brasileño Marcelo, distanciado de la presión que sobre él ejerce el Santiago Bernabeu, completó un gran partido como mediocampista, que redondeó con su primer tanto oficial con la camiseta blanca. Además, el técnico Juande Ramos dio minutos a los canteranos, y así Miguel Torres, Javi García y Daniel Parejo contribuyeron en la segunda parte.
El Madrid se presentó en el estadio de El Molinón con varias bajas de jugadores importantes, como los holandeses Rafael Van Der Vaart, Wesley Sneijder y, sobre todo, Arjen Robben. Pero afrontó el compromiso ante el Sporting consciente de que si ganaba, restaba dos puntos al Barcelona, algo que llevaba intentando desde hacía dos meses sin conseguirlo.
El conjunto blanco salió dispuesto a sentenciar lo antes posible y su dominio fue desde el minuto uno. Su centro del campo ahogó a su rival, al que impidiendo, prácticamente, dar dos pases seguidos. Una tarea en la que destacó especialmente el francés Lass Diarra, que no sólo cortó balones sino que los jugó, todos ellos, con sentido.
En un centro sin aparente peligro del argentino Gabriel Heinze, Raúl González apareció entre los dos centrales rojiblancos y tocó con la punta del pie lo suficiente para que el balón superara a Lafuente. Fue el gol que sirvió al capitán madrileño para superar la mítica cifra del no menos mítico Alfredo Di Stefano, convirtiéndose en el tanto 308 del atacante madrileño.
A pesar del gol de ventaja, el Real Madrid siguió con las líneas muy adelantadas y llegando con facilidad al área del Sporting, que se limitó a sacar balones de su defensa a pelotazo limpio. No hubo ninguna llegada con peligro al área de Iker Casillas, que dispuso de una plácida primera parte y los pocos balones centrados al área madrileña fueron despejados con autoridad por el portugués Pepe y el italiano Fabio Cannavaro.
En otro error de la defensa local, Klaas Jan Huntelaar estableció el 0-2. El tanto acabó con la ansiedad del atacante holandés, que por fin marcó su primer gol con la camiseta blanca, empezando a demostrar el por qué de su fichaje. El gol supuso la sentencia, algo o que reivindicó siempre el técnico blanco y que empezaba a enterrar los triunfos apurados y por la mínima que hasta ahora habían caracterizado el transitar blanco.
La vuelta de vestuarios mantuvo la dinámica de la primera parte. El Real Madrid no permitió que el Sporting se asentara en el terreno de juego, y Marcelo, en jugada personal, estableció de tiro cruzado el 0-3 en el marcador. Por si no lo estaba antes, dejó redondeado el partido, y el gol relajó a los madrileños y dio algo de ánimo a los rojiblancos, que empezaron a crear algo más de fútbol y alguna oportunidad.
La primera, en un lanzamiento de Bilic de falta directa que salió ligeramente alto. Tres minutos después, Matabuena, de cabeza, tuvo otra que cruzó en exceso. El Real Madrid se limitó a controlar el tempo del juego pero cuando rondaba las inmediaciones del área del Sporting imprimía una velocidad más. Entonces, la defensa local sufría.
Otra de las ocasiones locales llegó en un disparo sin aparente peligro de Quique Mateo en un balón en el que Casillas se hizo un lío y acabó desviando con apuros a tiro de esquina. La jugada, sin embargo, fue el preludio del 0-4, que llegó de nuevo al recoger Raúl un rechazo de Lafuente a tiro de Higuaín, que el delantero madridista sólo tuvo que empujar para establecer el marcador final.
El resultados pudo haber variado, si a un minuto del final Barral hubiera estado más acertado en un disparo que se estrelló en el poste derecho del Real Madrid.
Publicidad
Gijón (España)