El entrenador colombiano no se encuentra en su mejor momento con el cuadro chileno, y la lluvia de críticas sobre el rendimiento del equipo no han cesado.
El seleccionador de Chile, Reinaldo Rueda, afirmó que Honduras, el rival de la Roja en el amistoso del martes, será un "buen examen" para su equipo después de la derrota de la semana pasada frente a Costa Rica (2-3).
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El entrenador consideró que en el entorno de la selección chilena se infravaloró a un equipo mundialista como Costa Rica antes del partido del viernes pasado y advirtió de las virtudes de Honduras.
"Honduras va a ser otra valoración igual de difícil, tiene jugadores explosivos y potentes. Debemos estar alerta y tener convicción. Hay que estar concentrados porque Honduras hace un juego muy vertical, muy directo. Es un buen examen para nosotros", dijo Rueda en una conferencia de prensa en Temuco, al sur de Chile, donde se jugará el amistoso.
El técnico reconoció que una de las posibles explicaciones del mal juego que ha ofrecido Chile en los últimos partidos es la falta de continuidad de los futbolistas en sus clubes.
"La función de la selección no debería ser la de recuperar a los jugadores, pero a veces lo debe hacer", afirmó el colombiano.
Sobre los pitidos de algunos hinchas que recibió a su llegada a Temuco, Rueda aseguró que es una reacción normal porque la selección chilena viene de una etapa exitosa con la conquista de dos Copas América.
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"Desde el primer día dije que sería un proceso hasta cierto punto traumático, tortuoso, por todo lo que significa recuperar esa confianza en determinadas posiciones", afirmó.
Rueda subrayó que su objetivo es llegar con buen nivel a la Copa América de Brasil del año que viene y al inicio de las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022, aunque consideró que esto dependerá, en gran medida, del trabajo que hagan los jugadores en sus equipos.
El colombiano recordó su paso por la selección de Honduras, a la que llevó al Mundial de Sudáfrica 2010 después de casi tres décadas de ausencias mundialistas, y consideró que fue un proceso "fantástico e inolvidable".
"Por lo que significó para un país con problemas sociales, con un golpe de Estado, de luchas, de familias divididas. Y la selección jugó un papel esencial, ganarle a potencias no fue fácil. Fue algo muy lindo, nos une un afecto por todo lo que soportamos y logramos", explicó.
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