El delantero Roque Santa Cruz, actualmente en las filas del Málaga español, entrará este domingo en la historia del fútbol paraguayo al cumplir su partido número 100 vistiendo la camiseta de su selección, un récord que alcanzará en el amistoso contra Emiratos Árabes que se jugará en Austria.
La efemérides viene a demostrar el compromiso de Santa Cruz con su selección, que no se pudo clasificar para el Mundial de Brasil y que ostenta como mayor logro pasar a cuartos en el campeonato de Sudáfrica (2010), en el que los guaraníes fueron apeados por España.
Esa dedicación a la albirroja queda también patente por el hecho de que Santa Cruz, con 26 goles el mayor goleador de su selección, juega fuera de su país desde que a los 20 años fichara por el alemán Bayern Munich.
Desde entonces hasta su pase al Málaga ha recorrido un trayecto ensombrecido por las lesiones, que sin embargo no le impidieron participar en cinco de las Bundesligas ganadas por el Bayern Munich.
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Nacido en Asunción hace 33 años, a los nueve ya estaba en las categorías inferiores del Olimpia, uno de los grandes del fútbol paraguayo, y a los 15 debutó en el primer equipo.
Acostumbrado pronto a saborear el triunfo, con Olimpia ganó los campeonatos de 1998 y 1999, y ese último año fue elegido mejor futbolista de la temporada en Paraguay.
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Su aparición en el firmamento futbolístico no pasó inadvertida a los técnicos del Bayern Munich, que le ficharon a mediados de 1999 y le mantendrían hasta 2007, cuando fue cedido al Blackburn Lovers.
Con los británicos marcaría 26 goles en tres torneos y se convertiría en el máximo goleador gracias a su habilidad en el remate de cabeza, apoyándose en sus 1,91 metros de altura y su poderoso juego de piernas.
En 2009 lo compró el Manchester City, que llevaba mucho tiempo intentando contar con sus servicios, pero las lesiones volvieron a perseguirle, siendo la más grave la sufrida en enero de 2010 contra el Everton, de la que le costó recuperarse.
La segunda década del segundo milenio le trasladó a España, tras la cesión del Manchester City al Betis, el equipo de Sevilla en el que disputó 33 partidos y anotó 7 goles.
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Sin salir de la región de Andalucía, en agosto de 2012 fue cedido al Málaga, desde donde no pierde de vista la marcha de la selección nacional de Paraguay, hasta el momento bajo la dirección de Víctor Genes.
Desde que en 1999 debutara en ella, ha pasado mucha agua bajo el puente, y el propio Santa Cruz reconocía esta semana en una entrevista en Austria que le costaba acordarse de esa puesta de largo.
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Fue en la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero, en un amistoso contra México en el que los guaraníes ganaron 2-1. Desde entonces participó en tres Mundiales (2002, 2006 y 2010) y en tres Copas América.
Pero salvo la última copa continental, en 2011, en la que Paraguay quedó subcampeón al perder en la final contra Uruguay, su selección no ha brillado a la altura de un jugador de su casta, principalmente por tocarle jugar en épocas de crisis generacionales.
Paraguay continúa ahora en ese tesitura, la de renovar su escuadra, una labor a la que se ha sumado Santa Cruz, que desde su veteranía se ha propuesto guiar a los jóvenes para construir el futuro del combinado nacional.
Se trata de un apostolado que no obstante piensa impartirlo jugando, ya que declara que se encuentra bien físicamente y todavía con partidos por disputar, tanto en la selección como en el Málaga.
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Lo que nadie discute es que el domingo alcanzará la categoría de leyenda del fútbol paraguayo. Será en el Estadio Lind de la localidad austríaca de Villach contra Emiratos Árabes, un partido que trasciende su etiqueta de amistoso gracias a esa efemérides, sin descontar que se engrandezca con algún gol de Roque Santa Cruz.