Es muy incómodo para un equipo de fútbol, cualquiera quesea, que su primer partido oficial sea en una competición internacional y justocuando no ha salido del todo de la pretemporada. Tal vez esa sea la única formade explicar el arranque de Santa Fe en esta Copa Sudamericana, porque lo quepasó al minuto 4 de juego lo resume todo: una defensa fría y pesada no pudodetener a Garate con algo diferente a una falta, y el cobro de Leguizamón, queiba sin ningún peligro a las manos de Agustín Julio, terminó inexplicablementeen el fondo del arco.
Mala suerte mezclada con exceso de confianza, claro, perotambién tiene mucho que ver que la programación de la Sudamericana y el hechode que el fútbol colombiano está en stand by por el Mundial Sub-20 no leayudaran de a mucho a Santa Fe. Lo cierto es que la pelota se le escapó a Juliode forma vergonzoza para un arquero de su experiencia y trayectoria, y fue gol.
No iban 5 minutos de juego y el plan inicial en unaeliminatoria de ida y vuelta, dejar el arco en ceros como visitante, se habíaido al carajo con el primer remate al arco de un adversario en todo elsemestre.
Por supuesto, César Vallejo tampoco es que tuviera tanta ventaja.Si bien debutó el fin de semana pasado en la segunda vuelta del Descentralizadoperuano con una derrota 1-0 frente al CNI (Colegio Nacional de Iquitos), tambiénes un equipo que está arrancando y por eso, a pesar de comenzar ganando, no sevio superior en los minutos siguientes.
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Claro, Garate siguió complicando y Héctor Hurtado a pesar desus años sigue siendo un jugador desequilibrante que complica de más concambios de ritmo y pases inteligentes, pero Santa Fe supo sentarse en el campo.
Ahora bien, ¿qué tiene Santa Fe para este semestre? Si lehacemos caso a lo que pasó en el estadio Mansiche de Trujillo, tiene orden enel medio, una defensa muy lenta y un ataque sin pegada, pero más allá de eso lagran noticia es el regreso de Omar Pérez, lo que garantiza que este rojazotendrá ideas. Él, su dominio del medio y el desborde de Oscar Rodas y Mario Gómez,fueron lo mejor que tuvo el equipo en donde Sergio Galván volvió a ser underroche de ganas con poca fortuna en la delantera.
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Porque claro, esto hasta ahora empieza para Santa Fe y lasincronía de movimientos ofensivos se va a demorar en llegar. Lo bueno es quecon Pérez evidentemente hay otras alternativas, como el tiro libre que casi leda el empate al club bogotano terminando el primer tiempo con una jugada deentrenamiento en la que el arquero Ferreira le impidió el gol a Gómez.
Afortunadamente la justicia llegó rápido y Oscar Rodasigualó al minuto 6 de la segunda parte que, desde el comienzo, estuvo pintadade rojo con un par de opciones y presencia constante de la visita en el área trujillana.
Lo de Santa Fe había sido crecimiento constante a lo largodel juego: del desastre de Julio y la lentitud defensiva al orden en el medio, elasentamiento de Pérez, las opciones y el gol. Evidentemente las cosas iban a más, y la movilidad de Rodas y Gómez, más la batuta de Pérez, auguraban una victoria.
Pero de pronto llegó el minuto 70 y todo cambió. Fue como si a Santa Fe le dijeran "¡stop!" y todo volviò al comienzo. Lo bueno fue que Julio ya estaba caliente y no dio más regalos. Es más, impidió la derrota.
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Porque sí, a partir de ese minuto se montó Vallejo en el partido y el que es conocido como el "equipo poeta" (porque la Universidad César Vallejo lleva el nombre del ídem más representativo de Perú) empezó a declamar la oda algol que no quiso hacer.
Garate tuvo la victoria peruana al minuto 73, pero no pudoconectar bien la pelota cuando Julia quedaba mal parado y la defensa no llegabaa cubrir. El mismo delantero tuvo un remate de media distancia al 78 que se fue por poco, y Julio paró un par de opciones más.
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Lo curioso es que perfectamente esta crónica podría estar contando la segunda victoria oficial de Santa Fe en Perú en su historia (la primera fue en la Libertadores del 2006, 1-2 sobre Sporting Cristal), pero el contragolpe del equipo fue mal ejecutado por Rodas.
Total, el empate cuenta, sobre todo por ese gol de visitante que hace que el rojazo salte el próximo 23 de agosto al campo del Campín como el ganador de la serie.
Lo bueno es que hay tiempo para trabajar y pulir defectos. Lo malo es que no ha competencia oficial en Colombia para hacerlo, mientras en Perú el Vallejo tendrá más partidos encima.