Además de los incidentes, la UEFA también castigó el lanzamiento de artefactos pirotécnicos y la exhibición de una banderola prohibida, Un grupo de aficionados se enfrentó detrás de las porterías justo antes del inicio de la final.
Los hinchas responsabilizaros de los enfrentamientos a la organización y a la mala separación de ambas aficiones.
La UEFA también fue criticada por elegir como sede de la final el estadio St Jakob-Park, cuya capacidad para 35.000 personas es la menor de todos los campos que han sido escenarios de finales europeas.
El Sevilla derrotó al Liverpool por 3-1 y se adjudicó la segunda competición continental por tercera vez consecutiva.
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