El PSG tenía planeado que Leonardo se sentara en el banquillo en caso de la salida de Carlo Ancelotti, que tiene una oferta del Real Madrid.
El entrenador transalpino tiene un año suplementario de contrato con el PSG y los dirigentes del club de la capital francesa indicaron en varias ocasiones que no facilitarán su salida.
Sin embargo, contaban con la opción de que Leonardo se sentara en el banquillo en caso de que finalmente Ancelotti abandonara el club, una eventualidad que se aleja con la suspensión, que puede ser apelada.
Leonardo fue suspendido de toda función "en el terreno, en el banquillo o de carácter oficial" por la Comisión de Disciplina de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), por el empujón que propinó el pasado día 5 al árbitro Alexandre Castro al término del encuentro entre el PSG y el Valenciennes.
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El responsable deportivo del club acudió a los vestuarios del colegiado para protestar por su decisión de expulsar al defensa brasileño Thiago Silva.
Cuando el árbitro iba a entrar en su vestuario, fue empujado por Leonardo, según se aprecia en las imágenes de televisión grabadas medios franceses.
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El director deportivo del PSG negó la intencionalidad y afirmó que presentaría a la Comisión de Disciplina las grabaciones de las cámaras internas del estadio para demostrar que el contacto se produjo porque otro oficial del partido le empujó.
El presidente de la Comisión, Pascal Garbian, señaló que esas nuevas imágenes "no aportaron elementos nuevos", por lo que se consideró que la agresión fue "intencionada".
Además de la sanción a Leonardo, los jueces decidieron imponer al PSG la retirada de tres puntos para el próximo campeonato en caso de reincidencia.
Garbian indicó que la decisión puede ser apelada ante la Comisión Superior de la LFP.
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Leonardo se encuentra así en una situación incómoda para mantenerse en el PSG.
Según indica este jueves diario francés "L'Équipe", los propietarios cataríes del club podrían despedirle y ofrecer a Ancelotti el puesto de entrenador y responsable de toda la parcela deportiva para convencerle de que permanezca.
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Leonardo testificó durante dos horas ante la Comisión y negó la voluntariedad de su gesto.
Sin embargo, la Comisión ha considerado lo contrario, lo que justifica la sanción impuesta.