La cantidad de jugadores que emigraron a destinos tan dispares como Argentina, Italia, Irak o Rumanía, es suficiente para crear 128 equipos.
El pequeño país sudamericano, con apenas 3,4 millones de habitantes y un glorioso pasado futbolístico, reverdecido en 2010 con el cuarto lugar conseguido en el Mundial de Sudáfrica, envió al exterior casi tantos jugadores como Argentina y Brasil en ese período de tiempo, pese a que éstos superan la población de Uruguay en una proporción de 13 a 1 y 60 a 1 respectivamente.
El principal destino de los jugadores uruguayos en este tiempo fue Argentina donde, entre el año 2000 y 2010, recalaron 238 profesionales uruguayos, seguido por México, con 113 jugadores, Italia, con 112, y España, a donde llegaron 102 futbolistas.
El año 2007 fue el que vio desaparecer más jugadores del medio local en la década, con 163 pases al exterior, entre ellos los de las estrellas Luis Suárez, goleador del Ajax holandés, Edilson Cavani, del Nápoles o Martín Cáceres, defensor del Sevilla español.
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En 2010 el número de jugadores transferidos al exterior fue de 111, una de las cifras más bajas de la década, debido, según El Observador, a las medidas del Gobierno para intentar retener a los jugadores en el país.
Ese mismo año salieron al exterior 14 directores técnicos uruguayos para encargarse de dirigir en lugares tan diversos como Catar, Arabia Saudí, Perú o Guatemala, entre otros.
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Por equipos, el Olimpia paraguayo, que incorporó a 21 uruguayos en la década, fue el más interesado en los jugadores de ese país, seguido por el Huracán argentino, con 14, el Independiente de Santa Fe colombiano, con 12, y Gimnasia y Esgrima de La Plata, con 11.
Nacional de Montevideo, con 95 jugadores vendidos, es el club local que más jugadores envió al exterior, seguido por Peñarol, con 84, Defensor Sporting, con 71 y Danubio, con 69.
Los motivos de esta enorme cantidad de jugadores enviados al exterior, además de la buena calidad de los futbolistas uruguayos, se debe a la debilidad económica de los clubes locales, incapaces de retener incluso a los jugadores más jóvenes por falta de medios.
Para afrontar sus deudas o simplemente el pago de los sueldos, los clubes instauraron la política de vender los derechos de los jugadores a agentes y contratistas privados por relativamente poco dinero, mientras estos se encargan de gestionar y recibir el pago por las lucrativas ventas al exterior.
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Algunos equipos están intentando romper el sistema con la ayuda del Ejecutivo, que aprobó en 2009 una ley que obliga a que los clubes reciban un mayor porcentaje en la venta de los jugadores que formaron al tiempo que prohibió que los agentes de futbolistas profesionales puedan ser a la vez dirigentes de clubes deportivos.
El mayor éxito de esta política lo tuvo Nacional el año pasado, cuando logró mantener la ficha del joven Nicolás Lodeiro para venderla al Ajax de Amsterdam por más de cuatro millones de euros, que quedaron íntegros en la tesorería del club.
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