El centrocampista Augusto Fernández (ms.7 y 10) y el zaguero Sebastián Domínguez (m.55) anotaron los goles del conjunto argentino, que hizo una demostración de fútbol del alto vuelo pero, irónicamente, cometió un único pecado: no ganar por una diferencia mayor.
La Liga de Quito terminó el partido con nueve hombres por las expulsiones de Luis Bolaños (m.54) y Néicer Reasco (m.68), ambas por juego brusco.
El equipo ecuatoriano, uno de los mejores del continente en los últimos años, lució desconocido en Buenos Aires y el dueño de casa le hizo pagar muy caro y muy pronto en los dos tiempos esa indolencia y desconcentración.
La Católica también se adjudicó un excelente resultado tras derrotar a domicilio al Gremio brasileño, que jugó con diez hombres desde la primera media hora del partido.
El argentino Lucas Pratto marcó los dos goles de su equipo y Douglas descontó para el conjunto de Porto Alegre, que perdió a Borges por roja directa por dar un codazo innecesario a un adversario.
La superioridad numérica le permitió a los chilenos imponerse con claridad y facilidad en el centro de la cancha del césped del estadio Olímpico ante un Gremio que perdió los papeles y se fue desinflando paulatinamente para encajar su primera derrota en casa en esta Libertadores.
Hasta el momento de la expulsión, el partido fue más equilibrado y atractivo por el planteamiento abierto que habían planteado ambos entrenadores.
Los dos equipos se tutearon en el centro de la cancha y permitieron el juego del adversario, lo que propició un juego atractivo, con ocasiones en ambas áreas.
Con más voluntad que orden, el Gremio trató de montar sin acierto sus últimos ataques, por lo que si quiere darle la vuelta a la eliminatoria deberá ganar por dos goles de diferencia la semana que viene en Santiago.