Con cara de preocupación terminó el entrenador luego del debut en Jujuy. No es para menos, sus dirigidos ganaron pero con angustia, con la ventaja mínima y con un fútbol más bien pálido.
Él mismo le reconoció a los medios de comunicación que a su equipo le faltó "chispa", pero sumó los tres puntos ante un rival muy ordenado y muy complicado.
"Es muy difícil ganar en un debut de la Copa América y más ante un rival que es el mejor equipo de Centroamérica y que tiene en su banquillo a un viejo zorro como Ricardo Lavolpe, que ordena bien a sus equipos y reduce mucho los espacios", prosiguió.
Por ello, se mostró conforme con que su equipo mantuviera el balón en el tramo final del encuentro a pesar de jugar con un hombre más y por liderar el grupo.
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"Bolivia le complicó el encuentro a Argentina cuando hace tiempo el partido se habría resuelto por goleada. Colombia y Costa Rica están cada vez más parejos. Argentina y Colombia tenían la obligación de ganar, pero no fue fácil", dijo.
"Si hoy no hubiéramos ganado, en Colombia se monta un lío, pero si se ve el potencial del rival, se puede comprobar que no es sencillo ganar, aunque algunos no lo vean así", dijo.
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"He estado en ocho copas y hoy me temblaban las piernas porque hay responsabilidades que pesan mucho y nos pesaron. Nos faltó alegrías y orden", agregó.
Preguntado por el próximo partido con Argentina, señaló que la parte positiva es que ya tiene tres puntos, pero que Argentina es el favorito. "Ellos tuvieron un partido muy duro ante Bolivia y van a recomponerse", indicó.
Alabó las virtudes de Costa Rica como un equipo con mucho orden, ante el que fueron humildes. "Ahora ya no hay sorpresas", concluyó el técnico de la selección colombiana.