Lira, que el pasado lunes se impuso en la votación de la FIFA a estrellas de la talla del delantero del Barcelona Lionel Messi o del jugador del Roma Alessandro Florenzi, se mostró sorprendido ante el recibimiento ofrecido a su llegada por los aficionados presentes, en su mayoría seguidores de su actual equipo, el Vila Nova.
"Voy a intentar llevar la vida que siempre llevé", declaró a la prensa el delantero de 26 años, quien, al tiempo que sostenía su trofeo entre las manos, se definió como una persona "apasionada" por el fútbol que no sabe hacer otra cosa.
El jugador, que a principios de año pasado pasó por equipos de tercera y cuarta división en Brasil, vio cómo su vida cambió al ser nominado por la FIFA gracias al antológico tanto que marcó con el modesto Goianesia y que le sirvió para acabar fichando por el Vila Nova a finales de 2015.
"Ahora tengo que prepararme aún más porque todo lo bueno y malo puede pasar de aquí en adelante", reconoció Lira, quien aún llevaba en su muñeca la pulsera que daba acceso al Palacio de Congresos de Zúrich, donde se celebró la gala de la FIFA.
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Preguntado por el presunto interés de otros equipos como consecuencia de su reciente popularidad, Lira reconoció haber recibido "muchas propuestas" de otros clubes, tanto de Europa como de Asia, pero dijo estar centrado en su actual equipo, en el que le gustaría permanecer "por lo menos" hasta mediados de año.
Tras su llegada al aeropuerto, que se produjo a primera hora de la tarde, las autoridades de Goiania tenían previsto honrar al nuevo héroe local con un recorrido en autobús descubierto por las calles de la ciudad, capital del estado de Goiás, pero esta opción fue descartada a última hora debido a la lluvia.
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