Jornada propicia en el Giro de Italia para el esprint con una sola dificultad, el ascenso a la Colle del Melogno (3a, 7,5 km al 4,8),situado en el ecuador del trayecto. Hubo escapada efímera protagonizada por el doble campeón del Mundo contrarreloj Filippo Ganna, pero el gigante de Verbania lo pensó mejor y se dejó atrapar con toda la etapa por delante.
En la siguiente escapada hubo presencia española, el asturiano Fran Muñoz (Polti Kometa), afincado en Mataró, quien se alió en la aventura con el francés Calmejane (Intermarché) y el sudafricano Stefan De Bod (EF Education) para buscar un botín casi imposible.
El trío rebelde llegó a tener 6 minutos de ventaja el citado puerto, pero empezó a perder fuerza a medida que se acercaba la zona llana que conducía a meta. A 76 km de la línea final Calmejane esperó al pelotón, que rodaba a 3 minutos. Por delante, Muñoz y De Bod siguieron desafiando a la lógica bajo una intensa lluvia.
Carretera mojada, peligrosa, por lo tanto caídas, como la que afectó a Fernando Gaviria y a Biniam Girmay. El colombiano del Movistar retomó la ruta, el eritreo, en día aciago, tuvo una segunda caída y se fue a casa.
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La resistencia de la fuga, estabilizada durante muchos kilómetros, pasó a la pequeña historia de la etapa a 4 km de Andora, provincia de Savona, en Liguria. Fue decisivo la subida al Capo Melle, cota mítica de la "Classicisima" Milán San Remo, en cuya base atacó con fuerza Filippo Ganna.
Ganna voló con la jauría persiguiendo a la desesperada. Se marchaba el gigante italiano, lo que obligó a los equipos de los esprinters favoritos a conectar las alarmas. Todos a por él con apenas 5 segundos de separación.
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El Lidl tomó la responsabilidad para lograr la caza, objetivo que cumplió a 500 metros de la línea. Allí apareció poderoso, sublime, Jonathan Milan, un corredor que procede de la pista y que machaca los pedales de manera brutal.
Finalmente, firmó la obra de arte preparada por el equipo y culminada por él. Era su novena victoria profesional, la cuarta de la temporada y la segunda en el Giro. Esta campaña ya dejó su sello con dos triunfos en la Tirreno Adriático y en la Vuelta a la Comunitat de Valencia.
Gaviria al final terminó en la séptima casilla de la etapa, mientras que Molano culminó en la posición 117, luego de ceder poco más de un minuto por una avería mecánica a cuatro km de meta.