La estadounidense Simone Biles, de regreso a lo más alto luego de dos años de parón, ha vencido a las pruebas de la vida, especialmente un problema de salud mental en los Juegos Olímpicos de Tokio, para renacer en los Campeonatos del mundo de gimnasia en Amberes.
Este miércoles, a menos de diez meses para los Juegos Olímpicos de París, cimentó aún más su estatus de leyenda de su deporte con un 20º título mundial, gracias a la victoria del Team USA en el concurso por equipos.
Ya considerada como la 'GOAT ('Greatest of all time', la mejor de todos los tiempos) al inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio en el verano boreal de 2021, Simone Biles, reina de las acrobacias, emocionó al mundo del deporte al mostrar sus problemas de salud física y mental en la cita nipona.
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Lastrada por 'twisties', un término que alude al bloqueo mental que suscita la pérdida de orientación espacial, renunció a varias pruebas antes de conquistar con gran valentía una medalla de bronce en viga equilibrio.
Su transparencia sobre el tema abrió el debate sobre el hasta entonces tema tabú de la salud mental en el deporte de alto nivel.
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- Regreso de las cenizas -
Con sólo 26 años, Biles, que explicó que sigue en terapia psicológica, ha regresado en varias ocasiones de las cenizas.
Desde su difícil infancia, la gimnasta ha saltado sobre numerosos obstáculos hasta convertirse en una poderosa voz contra los abusos en el deporte y ha asumido sin complejos su dimensión histórica como atleta
Nacida en 1997 en Columbus (Ohio), la pequeña Simone y sus tres hermanos tuvieron que ser enviados a un centro de acogida ante los problemas de alcohol y drogas de su madre, quien pasó temporadas en la cárcel.
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"Nunca pude contar con mi madre biológica. Recuerdo que siempre tenía hambre, miedo", relató la gimnasta en una entrevista televisiva en 2017.
"Mis abuelos me salvaron", afirmó sobre Nellie y Ron Biles, a quienes considera sus padres y que cambiaron el destino de su vida, adoptándola junto a su hermana pequeña, mientras los otros dos fueron recibidos por otros miembros de la familia.
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Biles descubrió la gimnasia a los seis años por casualidad durante una excursión escolar. En una visita a un centro de gimnasia comenzó a imitar a las atletas llamando inmediatamente la atención de una de las entrenadoras, que le entregó una carta para solicitar a su familia que la permitieran inscribirse.
Un año después conoció a Aimee Boorman, la entrenadora que la llevó hasta la cima y a quien consideró su "segunda madre".
Bajo su ala irrumpió como un vendaval en su primer Mundial, el de 2013 en Amberes, instaurando su dominio casi absoluto de este deporte con sus dos primeras medallas de oro.
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Tres años después asombró en los Juegos de Río con una portentosa actuación que le valió cuatro oros (equipos, general, salto y suelo) y un bronce (barra).
Biles acaba de conquistar en Amberes su 26ª medalla mundialista, vigésima de oro, en seis participaciones.
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- Con una sonrisa -
En enero de 2018 la propia Biles reveló que fue una de las alrededor de 200 víctimas, la mayoría menores de edad, del médico del equipo nacional Larry Nassar, condenado en 2018 a entre 40 y 125 años de prisión por centenares de agresiones sexuales cometidas durante dos décadas.
Biles alzó la voz para denunciar la pasividad de las autoridades deportivas frente a los abusos, cometidos a lo largo de dos décadas, y reclamó una investigación independiente para determinar si hubo otras autoridades responsables.
"Nosotras hicimos todo lo que nos pidieron para lograr el objetivo y ellos solo tenían un único maldito trabajo, que era protegernos, y no lo hicieron", subrayó entre lágrimas.
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Lejos de las competiciones durante dos años, Biles mostró la felicidad de su unión con el jugador de fútbol americano Jonathan Owens a través de una suntuosa boda en mayo de 2023.
Biles, que afirma haber adorado siempre la "sensación de volar" que le depara la gimnasia, vuelve volar con una sonrisa en los labios y con medallas de oro al cuello.
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