El presidente del COI, Thomas Bach, declaró el mes pasado que 2021 sería "la última opción" para organizar los Juegos Olímpicos de Tokio, subrayando que no pueden ser aplazados de nuevo.
Pensando en esto, este jueves la gobernadora Yuriko Koike dijo que "la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos exige simpatía y comprensión de los habitantes de Tokio y los japoneses. Para eso necesitamos racionalizar lo que necesita ser racionalizado y simplificar lo que necesita ser simplificado".
Sus palabras significarían que habría reducción de aforo en los escenarios, por lo que la problemática aumentaría tomando en cuenta que se han vendido cerca de 800 millones de dólares en boletos de ingreso y no se podrían reembolsar el dinero.
Seiko Hashimoto, ministra olímpica japonesa, dijo por su parte que "es decisión del COI y del comité organizador tomar una decisión general sobre cómo racionalizar los juegos. En relación con esto, el gobierno considerará qué tipo de apoyo podemos brindar”.
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Aunque la idea es reducir costos, la seguridad de los 15.400 atletas olímpicos y paralímpicos los multiplicaría, además porque la necesidad sería no solo de hacer pruebas COVID-19 a todos ellos, sino a todos los involucrados en las justas, incluso a los aficionados.