El objetivo es estimular la integración, vencer prejuicios, y acabar con la discriminación hacia este colectivo.
El campeonato, que se alargará hasta al 28 de octubre, cuenta con la participación de jugadores procedentes de Chile, Colombia, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Paraguay, Perú, Bolivia y Marruecos (invitado extracontinental).
"Nuestra condición es de las más discriminadas a nivel mundial. Lo que se está logrando es cambiar eso. Que vean de qué estamos hechos y que estamos preparados para jugar al fútbol, para trabajar y para estudiar", expuso Facundo Rojas, capitán de la selección argentina.
Los partidos se juegan en estadios cerrados y en canchas de futsal, donde se enfrentan siete contra siete. Otra de las diferencias radica en que los arcos miden 1,70 metros de alto por 2,0 metros de ancho.
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"Pude conocer (al astro argentino del Barcelona) Leo Messi y me dijo que había escuchado positivamente hablar de nosotros. Si llegó a oídos de él fue porque el proyecto se ha difundido bien", dijo Diego Serpentini, futbolista del equipo albiceleste.
Oromar Miranda, jugador del equipo de Brasil, subrayó que "hace muchos años atrás nunca soñamos jugar un día un partido de fútbol oficial. Entonces estamos realizando algo de una forma muy grande e importante".
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