Un total de 42 goles se habían marcado en los últimos diez partidos entre catalanes y madrileños. O lo que es lo mismo, una media de 4,2 tantos por encuentro en las últimas cinco temporadas.
El choque de esta noche estuvo en la línea. Otro partido entretenido, con muchos goles, ocasiones y un arranque de los locales casi tan demoledor como el del 6-1 de la pasada campaña.
A la fiesta contribuyó de nuevo la valentía de un Atlético que salió con todo. Abel alineó de entrada a Jurado, Simao, Maxi, Agüero y Forlán. No se guardó ninguna bala en la recámara. Decidió proponer un combate cuerpo a cuerpo y, en el primer intercambio de golpes, el Barça volvió a enviarlo a la lona.
Al cuarto de hora, los de Guardiola ya habían fabricado media docena de ocasiones y había transformado dos de ellas. Ibrahimovic abrió la cuenta con un toque sutil sobre la salida de Roberto tras recibir una asistencia al espacio de Sergio Busquets (1-0).
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Messi hizo el segundo, tras controlar con el pecho un pase de Xavi y sentar al meta del Atlético con una finta de esas que sólo se atreven a dibujar los cracks (2-0).
Roberto, con apenas un partido de experiencia en Primera, empezaba a vivir, como en su día Coupet o el Pichu Cuellar, su particular pesadilla sobre el césped del Camp Nou.
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Los constantes errores de sus compañeros de zaga no le ayudaron precisamente a lucir con mayor dignidad. Tampoco el planteamiento de Abel, que dispuso una defensa adelantada tácticamente tan mal interpretada que dejaba vendido a su guardameta una y otra vez.
Sólo las buenas intenciones de Maxi y el empuje de Jurado en el centro del campo le permitieron al Atlético acercarse a Valdés en un par de acciones mediada la primera mitad.
Pero, para entonces, el Barça, con Xavi y Sergio Busquets campando a sus anchas y Henry, Messi e Ibrahimovic habilitándose constantemente para recibir al espacio, ya era el amo y señor del partido. Velocidad en la transición, fútbol a uno o dos toques, precisión en la combinación: una gozada para el espectador.
A la media hora, Alves hizo el tercero (3-0) en un lanzamiento de libre directo. Un golpe seco a la cepa del poste que Roberto no supo atajar. Una diablura de Messi por la banda izquierda acabó con el cuarto de Keita, y el único error de la defensa azulgrana en toda la primera mitad fue aprovechado por el Kun para recortar distancias al filo del descanso (4-1).
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El Atlético mordió más tras la reanudación, presionó más arriba, se echó un poco más atrás, y optó por un fútbol más físico y directo, rendido ante le evidencia de que a este Barça es imposible derrotarlo con sus mismas armas.
Abel puso más músculo dando entrada a Cléber Santana y a Sinama Pongolle e hizo que el partido pareciera un poco más áspero. Pero al Barcelona ya no le interesaba ir a la guerra.
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Con el partido ya sentenciado, quitó el pie del acelerador y se dedicó a tocar y tocar, se olvidó de Roberto y también de emplearse con intensidad para recuperar el balón cuando no lo tenía en su poder. Así que dejó que el Atlético se aproximara.
En una de esas jugadas aisladas, llegó el intrascendente gol Forlán (4-2) en uno de esos disparos secos tan suyos. El uruguayo estuvo desaparecido en todo el partido, pero pudo adornar su brillante estadística ante el Barça, esa que dice que le ha metido al conjunto azulgrana nueve goles en ocho partidos.
Pero como suele ocurrir en los Barcelona-Atlético de Madrid, siempre hay tiempo para ver algún tanto más. Messi, como no, fue el encargado de cerrar la cuenta en el descuento (5-2), al culminar una combinación entre Iniesta y Valdés.
Resultados y resto de la jornada:
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Sábado:
Deportivo 2 - Espanyol 3
Mallorca 4 - Tenerife 0
Osasuna 0 - Sevilla 2
Málaga 1 - Racing 2
Barcelona 5 - Atlético de Madrid 2
Domingo:
Athletic Bilbao - Villarreal
Zaragoza - Valladolid
Almería - Getafe
Real Madrid - Xerez
Valencia - Sporting
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