El empate a cero ante el Sevilla el sábado pasado en el Camp Nou y el 0-1 contra el Granada se presenta como una de las escasas rachas negativas goleadoras azulgrana en la Liga, en estos últimos cuatro años, dado que el Barça ha estado negado ante la meta rival.
Pero esta nulidad resolutiva contrasta con el copioso número de acciones generadas ante la portería rival, como sucedió hace unos días cuando el meta sevillista Javi Varas, además de detener el balón en un lanzamiento de penalti ejecutado por Lionel Messi en el tiempo de añadido, resolvió con acierto las numerosas ocasiones de gol en su meta.
Con el empate sin goles ante el Sevilla, el Barcelona firmaba su partido 14 sin marcar un tanto, de los 197 que hasta el sábado había dirigido Guardiola con el primer equipo.
Una racha parecida fue la que también firmó el año pasado en las jornadas 26 y 27, aunque en aquellos dos partidos contra el Valencia y Zaragoza, el 0-1 y 1-0, respectivamente, le sirvió para llevarse los seis puntos con dos tantos.
También en la pasada campaña, en la jornada 36 empató contra el Levante (1-1), un punto y un gol que le dio la Liga, y en la siguiente en el Camp Nou firmó un empate a cero contra el apurado Deportivo, que finalmente perdió la categoría, en un encuentro en el que el equipo gallego pudo salir goleado.
Para encontrar otra mínima racha de dos partidos seguidos en la Liga con un bagaje goleador bajo mínimos, el Barcelona tiene que remontarse a la temporada 2009-10, cuando tras un 1-0 contra el Almería, en la siguiente jornada, la séptima, el conjunto catalán empató a cero en Valencia.
La primera vez que el conjunto catalán se quedó con un solo gol a favor en dos partidos seguidos de Liga fue en el debut de Guardiola en la temporada 2008-09, cuando perdió en el campo del Numancia (1-0) y empató en la segunda jornada en el Camp Nou ante el Racing (1-1).