Luis Enrique dio descanso a Piqué, Mathieu, Iniesta y Neymar pensando en los importantísimos cuatro partidos que su equipo tendrá que afrontar en dos semanas: los dos de Liga ante Sevilla y Valencia y los de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el PSG.
Bartra, Sergi Roberto, Pedro y Xavi, quien recuperaba galones sobre el campo y el brazalete de capitán, fueron los premiados por el técnico asturiano, y parecía que iban a devolverle la confianza con creces, a juzgar por el gran arranque de partido del Barça.
Pero fue un inicio gaseoso que apenas duró diez minutos y en los que los locales encerraron al Almería en su área, aunque sin crear peligro más que en dos inocentes cabezazos de Messi y Luis Suárez.
Un cuarto de hora tardó el conjunto andaluz en salir de la cueva, coincidiendo con la primera aparición del indolente Thievy, capaz de pasar desapercibido durante muchas jornadas y resucitar, casi siempre ante los azulgranas, como un futbolista de mayor jerarquía de la que acostumbra a exhibir.
La primera incursión del delantero franco-congoleño en campo contrario acabó con un tiro cruzado de Wellington Silva que salió fuera por muy poco y que encogió el corazón del Camp Nou.
El Almería no volvería a llegar más en toda la primera mitad, pero tampoco sufriría atrás, ante un Barcelona aparentemente desmotivado, lento e inoperante del que solo se salvaban las ganas de Pedro en su intento de reivindicar por enésima vez la titularidad que hoy le arrebató a Neymar.
Una volea demasiado cruzada del canario y otra mordida de Xavi que acabó mansamente en las manos de Julián fue todo el bagaje ofensivo local en los minutos siguientes. Hasta que apareció Messi pasada la media hora.
La 'Pulga' poco participativo e impreciso hasta entonces, agarró un balón en banda derecha -hoy su posición de partida- y trazó su habitual diagonal hacia el interior para perfilarse el disparo con la zurda y ejecutar un tiro seco con rosca a la cepa del palo derecho de un sorprendido Julián.
Muy parecido al que Luis Suárez marcaría a los diez minutos de la reanudación, aunque esta vez el uruguayo, en lugar de colocar sutilmente el balón, lo golpeaba con muchas más violencia hasta doblar la manopla del meta visitante y colarlo por toda la escuadra.
El 2-0 finiquitó el partido y frenó en seco el buen arranque almeriense en la segunda mitad. El equipo de Sergi Barjuan había salido con más ambición, estaba teniendo más presencia en campo contrario e incluso Édgar había probado fortuna con un tiro lejano que se había marchado alto.
Todas esas buenas sensaciones se desvanecieron de un plumazo con el obús de Suárez, pero las malas que seguía arrastrando el Barça no desaparecieron con el tanto del charrúa.
Con la cabeza en otro sitio y el freno de mano puesto, los catalanes dejaron pasar los minutos. Pedro era el único que parecía estar pensando en el 'aquí y el ahora' y el que con más ganas buscaba el tercero.
Sin embargo, este llegó balón parado -el decimotercero que el Barça marca este año en jugadas de estrategia- y fue obra de Bartra, que cabeceó un córner botado por Xavi.
Mientras tanto, Luis Enrique, empezaba a dosificar algunas de sus piezas más codiciadas pensando en el Pizjuán, como Alves y Rakitic, y Messi, en la recta final, intentaba engordar su cuenta goleadora en su particular lucha con Cristiano.
Lo impidieron el colegiado, que anuló al astro argentino un gol por una falta suya en ataque, y Julián, que voló para sacar un mano y evitar el cuarto en un lanzamiento de falta.
En el tiempo añadido, Thomas, en un remate acrobático, quiso marcar el gol del honor del Almería, pero el tanto quedó anulado por fuera de juego. Y en la jugada siguiente, Luis Suárez haría el 4-0 al rematar a portería vacía una asistencia de Pedro en una contra.
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