Y terminó siendo el grupo C, como se esperaba antes del inicio del torneo, el más difícil y parejo de la primera fase. La definición nos tuvo en velo hasta el último minuto, y por desgracia para Venezuela, esta vez, el fútbol los despidió de un certamen del que se pueden ir con la cabeza en alto.
El día empezó con gran expectativa por la presentación de Colombia ante Perú. Los dirigidos por José Pékerman venían de vencer a Brasil y se esperaba que ante los incas confirmaran su buen andar, y así, con una victoria, certificar su presencia en la próxima ronda. Contrario a esto, se volvió a ver una mediocre cara del onceno cafetero, una similar a la mostrada en el debut ante los venezolanos.
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Muchos son los aspectos negativos a resaltar en este equipo colombiano. El juego no aparece, el balón poco le llega a los delanteros y, párrafo aparte, merece el bajo desempeño de quien está llamado a ser nuestra figura, James Rodríguez. El ‘10’ parece no haber llegado a tierras australes, su presencia no pesa en la cancha, no pide el balón, erra los pases, no es eje de juego y Colombia lo siente.
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Contra Perú, James no fue ni la sombra de lo que, por capacidades, debería ser. Cuando James no aparece abusamos del pelotazo, no hay sorpresa, no se generan opciones de gol. Cuando James no aparece somos inofensivos, planos, un equipo más. Y si a lo anterior se suma que Cuadrado tenga una mala tarde, entonces es imposible romper el cero en el arco rival.
Falcao no gozó de muchas opciones para acabar con esa mala racha que lo acompaña, y Teo, un jugador que siempre alegra ver jugar, pareció estar en uno de esos partidos que jugó con River este semestre donde se lo veía errático y lleno de displicencia, como quien sabe que es bueno, pero se levantó sin ganas de nada.
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Clasificamos de casualidad, clasificamos jugando mal, clasificamos gracias a Brasil, pero afortunadamente, clasificamos. Ahora tenemos una nueva oportunidad para justificar la presencia en Chile, y como si la cosa no estuviera complicada por el mediocre nivel mostrado hasta ahora, nos tocó bailar con la más fea, Argentina.
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Esperemos que desde el núcleo del plantel se haga un trabajo de autocrítica y se le recuerde a los jugadores el por qué llegamos a esta Copa como candidatos. Sin ánimo de subestimar rivales enfrentados, me sabe a poco que pasemos apuros con la nómina que hay, tenemos un problema de jerarquía y es el momento de acabar con esto.
Finalmente, quiero reiterar las gracias a Brasil (mucho se especuló que pudieran jugar con el resultado, sabiendo que con el empate clasificaban), y de paso, dejar una apreciación de este cotejo con la ‘vinotinto’. Los dirigidos por Dunga son más que solo Neymar. Este equipo podría funcionar bien (hasta mejor) sin el crack del Barcelona.
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Ahora que siga la Copa, y que podamos seguirla disfrutando por la pantalla del Gol Caracol.