El fútbol español sigue marcando el paso en el panorama continental. En un 2015 en el que la selección española, vigente campeona de Europa, rectificó el rumbo para acabar accediendo con firmeza a una nueva defensa de la corona en Francia 2016, a nivel de clubes el dominio ha sido abrumador.
De los seis títulos del 2009, a los cinco del 2015. De Guardiola a Luis Enrique. Un Barcelona con sello que dejó escapar la Supercopa de España ante el Athletic Club de Bilbao pero que ejerció un dominio incontestable en Liga de Campeones, Liga, Copa del Rey, Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes que puso el broche de oro. Sumada a la Liga Europa del Sevilla y el Balón de Oro junto a la Bota de Oro conquistados por el portugués Cristiano Ronaldo dejan todos los galardones de prestigio en España.
El éxito del Barcelona en lo deportivo, alejado de la marejada institucional que vivió antes de la confirmación en la presidencia de Josep Maria Bartomeu ganando las elecciones al regreso de Joan Laporta, se fomentó en la paciencia y la continuidad en los instantes de dudas. Pocos podían imaginar un año repleto de éxito cuando la derrota en Anoeta en el mes de enero señalaba a Luis Enrique en un pulso de poder con Leo Messi, suplente tras disfrutar de más días de vacaciones navideñas.
La continuidad de Luis Enrique invitó al acercamiento con Messi y el perfecto engranaje de un tridente clave de los éxitos, con un entendimiento único entre tres grandes estrellas que son amigos. Leo, de nuevo a punto de ser coronado como el mejor futbolista del planeta, con el brasileño Neymar confirmando su crecimiento y acercándose al trono del argentino, más el uruguayo Luis Suárez, el devorador de goles que pone el remate a un fútbol de toque.
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La Liga, con una ventaja final de dos puntos sobre el Real Madrid en una competición que volvió a ser de dos, y una Liga de Campeones en la que el Barcelona superó los peores obstáculos en los cruces hasta la final -Manchester City, PSG y Bayern Múnich-, fueron el final perfecto para un futbolista que cambió el juego para ser leyenda: Xavi Hernández.
Berlín acogió la final de la 'Champions' que estuvo más cerca que nunca de ser un Clásico para la historia. La impidió la Juventus italiana liderada con la reivindicación de Álvaro Morata ante el Real Madrid. Y tuvo su momento en una gran cita que acabó con claro dominio del Barcelona (1-3) para firmar su quinta Copa de Europa y la segunda vez que un equipo firma el triplete de grandes títulos.
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Las vacaciones de verano, la Copa América y la imposibilidad de fichar por la sanción FIFA, dejaron tras la conquista de la Supercopa de Europa ante el Sevilla y la derrota en la Supercopa de España ante el Athletic, un inicio de campaña de dudas del Barça que las ha ido disipando, curiosamente, sin Messi. Su lesión provocó un paso al frente de Neymar y Luis Suárez. Asumiendo galones compartidos.
El Madrid, por su parte, camina en la inestabilidad tras sufrir la maldición del campeón del mundo. Desde la conquista en Marrakech para cerrar el 2014, su caída no ha tenido fin. El presidente Florentino Pérez decidió prescindir de la figura de Carlo Ancelotti, el hombre que dio de la Décima al madridismo, por la ausencia de títulos grandes y entregó la nave a Rafa Benítez. Sin calma en el madridismo, la falta de buen juego, derrotas dolorosas ante los grandes y una eliminación de Copa del Rey por alineación indebida de Denis Cheryshev en Cádiz, cierran un año de turbulencias con Zinedine Zidane preparado para dar el salto en caso de necesidad.
Mientras, el Sevilla inscribió su nombre como el primer club que conquista cuatro ediciones de la Liga Europa (antigua Copa de la UEFA). Su caminar firme tuvo el punto máximo en la semifinal ante el Fiorentina, a la que endosó un total de 5-0, antes de que la final ante el Dnipro ucraniano la decantasen el doblete del colombiano Carlos Bacca y el tanto del polaco Krychowiak (2-3) en un éxito que reafirmó a Unai Emery.
El regreso con mal sabor de boca del Valencia a la Liga de Campeones, que costó el puesto a Nuno, la recuperación de las señas de identidad del Atlético de Madrid del 'Cholo' Simeone, firme en Europa y en Liga para pelear por los títulos, o la vuelta a competición europea del Villarreal son apuntes del final de un 2015 que dejó los descensos de Córdoba y UD Almería, en los despachos por incumplimiento de los requisitos económicos de la LFP, a la Liga Adelante y el regreso a la elite del fútbol español de tres históricos como Real Betis, Sporting de Gijón y UD Las Palmas.
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