Una condición de anfitrión de la que también disfrutará en la vuelta el Athletic de Bilbao, que evidenció en San Paolo, especialmente en la primera mitad, que posee mimbres y juego para hacerse merecedor de una plaza en la fase de grupos de la máxima competición europea.
De hecho, los de Ernesto Valverde pudieron haber logrado un mejor marcador en Nápoles, donde primero Aymeric Laporte y posteriormente Aritz Aduriz gozaron de dos claras ocasiones para abrir un marcador, que finalmente estrenaría (0-1) Iker Muniain a los 41 minutos para los bilbaínos.
Pero cuando más controlada parecía la situación para el Athletic, surgió la mejor cara del Nápoles, que logró igualar (1-1) la contienda a los 68 minutos con un tanto del delantero internacional argentino Gonzálo Higuaín.
Un gol que dio paso a los mejores momentos de los de Rafa Benítez, que cumplió 150 partidos en las competiciones europeas, que gozaron de varias claras ocasiones de dar definitivamente la vuelta al tanteador en un tramo final de partido, en el que el portero del Athletic de Bilbao Gorka Iraizoz se convirtió en el gran protagonista.
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Resultado que deja todo abierto para el partido de vuelta, lo mismo que ocurrirá en la eliminatoria entre el Arsenal inglés y el Besiktas turco, tras el empate sin goles que firmaron ingleses y turcos en Estambul.
Choque de vuelta en el que el Arsenal no podrá contar previsiblemente con el español Mikel Arteta, que se tuvo que retirar lesionado, ni con el centrocampista gales Aaron Ramsey, que fue expulsado a los 80 minutos de juego por doble cartulina amarilla.
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Percances que deslucen si cabe más todavía el gris partido del Arsenal, que bordeó la derrota en dos claras ocasiones del atacante local Demba Ba, pero que finalmente llegará "vivo" a la vuelta y confiando en el empuje de su público para lograr, un año más, el pase a la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Fase de grupos que parece acariciar el Salzburgo austríaco, que se impuso por 2-1 a todo un clásico como el Malmoe sueco, finalista de la competición en 1979, con una gran actuación del español Jonathan Soriano.
El delantero catalán, que el pasado año firmó un total de 48 tantos en todas las competiciones con el campeón austríaco, volvió a demostrar su idilio con el gol, al firmar el segundo de los dos tantos del Salzburgo.
Una renta que podría haber sido mayor, si Soriano, que ya anotó en la anterior ronda eliminatoria ante el Qarabag azerbaiyano, tuvo un poco de fortuna, tras estrellar, hasta en tres ocasiones, el balón en la madera en el primer tiempo.
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No falló Jonathan Soriano en su siguiente oportunidad, un lanzamiento de falta a los 54 minutos, que el español convirtió en el momentáneo 2-0 para un Salzburgo, que se complicó la clasificación para la fase de grupos de la Liga de Campeones con el postrero tanto (2-1) de Emil Forsberg para el Malmoe sueco a los 90 minutos.
Ronda en la que ya es todo un habitual el Bayer Leverkusen alemán, finalista en el año 2002, que dio un paso de gigante para volver a figurar entre los más grandes del fútbol europeo al imponerse por 2-3 en su visita al campo del Copenhague.
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Un vibrante duelo en el que a los quince minutos ya habían subido tres tantos al marcador, tras lograr los locales dar la vuelta al 0-1 inicial, obra de Stefan Kiessling a los 5 minutos, con los tantos de Mathias Jorgensen (m.9) y el ghanés Daniel Amartey (m.13)
Circunstancia que no aplacó la ambición ofensiva del Bayer Leverkusen, que logró llevarse el triunfo de la capital danesa con los goles de Karim Bellarabi, que puso el 2-2 a los 31 minutos, y el surcoreano Son Heung-Min, que estableció el definitivo 2-3 a falta de tres minutos para la conclusión del primer tiempo.
También afrontará con ventaja el choque de vuelta el Steaua de Bucarest, campeón en el año 1986, tras imponerse por 1-0 al Ludogorets búlgaro, gracias a un gol a los 88 minutos de Alexandru Chipciu, que se resarció de este modo del penalti que falló en la primera mitad.