Las pasiones deportivas de los ricos abarcan las más variadas disciplinas: desde el fútbol al baloncesto, pasando por el cricket, el hockey sobre hielo, el fútbol americano y la vela.
Los ricos no dudan en apostar por aquellos acontecimientos que dan prestigio a sus países, y de paso a su nombre, como el brasileño Eike Batista, considerado por Forbes como el segundo hombre más rico de América Latina y octavo del mundo, con una fortuna calculada en 31.000 millones de dólares.
Batista, creador de un conglomerado empresarial que incluye minería, petróleo y gas y construcción naval, ha hecho millonarias donaciones a Río de Janeiro, la sede de su grupo, para la organización de los Juegos Olímpicos de 2016.
En el sector del fútbol, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi cumplió el sueño de todo hincha de un equipo con abundante dinero para invertir: comprar el club de su ciudad natal. En este caso, el Milán, uno de los más laureados del mundo, en 1986.
Berlusconi ocupa el lugar 118 de la lista de potentados, con una fortuna estimada en 7.800 millones de dólares, muy por delante de los propietarios del Manchester United, la familia estadounidense Glazer, a la que Forbes sitúa en el puesto 440, con una riqueza de 2.600 millones, basada fundamentalmente en el mercado inmobiliario.
Más lejos queda el empresario de la construcción español Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, en el 651, con una fortuna de 1.900 millones de dólares.
El número uno en el grupo de inversores en el fútbol es el empresario indio Lakshmi Mittal, al frente de la compañía metalúrgica mayor del mundo (AcernorMittal), el sexto más rico, con 31.100 millones de dólares, principal accionista del Queen's Park Rangers londinense.
La compañía de Mittal participa también en el proyecto de los Juegos Olímpicos que organizará Londres el año próximo con la construcción de la llamada torre Orbit, una estructura de 115 metros de altura que presidirá la Villa.
Le sigue el ruso Roman Abramovich (petróleo, acero, inversiones), asentado en el 53, con 13.400 millones de dólares, dueño del Chelsea, equipo que adquirió en 2003 y en el que ha gastado ya 890 millones de dólares para reforzar la plantilla.
Fuera del fútbol, el indio Mukesh Ambani (petroquímica, petróleo), novena fortuna del mundo, con 27.000 millones de dólares, puso su pasión deportiva en la compra del equipo de cricket Mumbai Indians.
El estadounidense Paul Allen (Microsoft), puesto 57, con 13.000 millones de dólares, reparte su afición entre el baloncesto y el fútbol americano, como dueño de los Portland Trail Blazers (NBA) y del Seattle Seahwaks (NFL).
La Liga de Hockey (NHL), dice Forbes, cuenta con ocho millonarios como propietarios de equipos, con Philip Anschutz a la cabeza, como dueño de los Angeles King, al que añade, con Jerry Buss, la propiedad de los Angeles Lakers (NBA).
Gracias a AEG, una compañía de promoción de deportes y espectáculos, Anschutz aparece en el puesto 124, con 7.500 millones de dólares.
Por su parte Carlos Slim, el número uno de la lista, con 74.000 millones de dólares, invierte a través de su empresa de telecomunicaciones Telmex, en la escudería homónima para la formación de pilotos de automovilismo.
De ella ha surgido el joven talento mexicano Sergio Pérez Mendoza, listo para desembarcar en el Mundial de 2011 de Fórmula 1 con la escudería Sauber, patrocinada por la compañía de Slim.
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