"Respeto a la tradición" y "Vergüenza" eran dos expresiones plasmadas en el muro del estadio de la ciudad de Santos, según mostraron medios locales.
Otra pintada pedía la dimisión del presidente del club, Luis Álvaro de Oliveira, y de toda la directiva del equipo, responsables de organizar el partido con el Barcelona dentro de la operación de traspaso de Neymar al club español.
La prensa brasileña también arremetió contra la actuación del Santos. "Parecía Tahití", tituló el diario Lance, mientras que O Estado de São Paulo y Folha de São Paulo coincidieron en calificar el partido como una "masacre".