La investigación surge de la relación de Gattuso y Brocchi con algunos de los arrestados durante una operación nocturna que tuvo lugar este martes en las ciudades italianas de Milán, Bolonia, Brindisi y Mesina y en la que fueron registrados los domicilios de los dos investigados.
En concreto, los medios italianos apuntan a un intercambio de mensajes telefónicos entre Fracesco Bazzani, arrestado, y ambos jugadores.
El intercambio de mensajes telefónicos se produjo en febrero del 2012, fecha en la que, según la Fiscalía, Bazzani trató de influir en partidos del Milan, del Lazio y del Juventus, para lo que habría contactado con Gattuso y Brocchi.
Además, la operación se saldó con una quincena de registros en diferentes ciudades del norte de Italia que involucrarían a diversos futbolistas de Primera y Segunda División italiana (Serie A y B) y con la investigación de una veintena de personas en el ámbito de esta nueva investigación sobre el amaño de partidos.
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Bajo observación estarían el Milan-Lazio de febrero de 2011 y otros dos encuentros del conjunto lombardo.
Según afirmó la Fiscalía de Cremona, durante la última temporada 2012-2013 se trató de alterar el resultado de 53 partidos.
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Gattuso actualmente entrena al Sion (Suiza) mientras que Brocchi dirige la cantera del equipo ‘rossonero' después de haber pasado por equipos como el Lazio, el Inter, el Verona o el propio Milan.
Durante una rueda de prensa, el fiscal de Cremona, Roberto di Martino, afirmó que hay "señales de manipulación de partidos" y aseguró que "una treintena de partidos de Primera División" estarían bajo sospecha.
Además, Di Martino agregó que la operación de la pasada noche había tenido "buenos resultados".
"De los 16 registros efectuados, algunos han tenido buenos resultados y se han encontrado apuntes que aluden a estos partidos", subrayó el fiscal.
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Además, delineó la teoría que maneja la fiscalía sobre el modus operandi de los cuatro detenidos.
Según Di Martino, Francesco Bazzani y Salvatore Spada (dos de los arrestados), ofrecían a sus clientes ‘paquetes de partidos' sobre los que podían influir.
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Si el cliente aceptaba estos ‘paquetes', cuyo precio oscilaba entre 600.000 y 700.000 euros, según el fiscal, los acusados avisaban al director del equipo que, a su vez, daba las instrucciones pertinentes a sus jugadores para condicionar el marcador del encuentro.
"La cifra comprendía la retribución para el intermediario y el dinero que sería para sobornar a los dirigentes deportivos y a los jugadores y sobre este precio algunos investigados hablan durante las interceptaciones telefónicas", aseguró Di Martino.
Según el fiscal, la policía italiana registró los domicilios de los exfutbolistas Claudio Belluci, del Napoli; Davide Bombardini, del Roma; Leonardo Colucci, del Módena y Lorenzo D'Anna, del Chievo.
Además, los registros afectaron también a jugadores en activo como Claudio Terzi, del Siena, a Nicola Mingazzini, del Pisa y Fabrizio Grillo, del Siena.
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