Un duelo de altura, correspondiente a la decimonovena jornada, última de la primera vuelta, que los dos conjuntos encaran igualados a puntos (49), después de dieciséis victorias un empate y una derrota.
Por eso, la capital de España y la afición del Atlético ha vivido las horas previas con sentimiento de euforia. Durante la jornada los puestos con banderas y símbolos de ambos equipos han ido engalanando la bajada desde la estación de metro de Pirámides hasta la Avenida de los Melancólicos. Y ya por la tarde, los aledaños del recinto se han ido tiñiendo de los colores rojiblancos, los que lucen en sus elásticas los aficionados locales. También se han visto grupos más reducidos de hinchas barcelonistas.
Mientras los dos conjuntos permanecieron concentrados a lo largo del día en sus respectivos hoteles (el Barcelona viajó a Madrid a primera hora de la mañana) en medio de un hermetismo casi absoluto, los aficionados han paseado también por las inmediaciones de los dos cuarteles generales.
Desde la temporada 1995-96, la del "doblete", no vivía el Atlético un combate del torneo de la regularidad con semejante pasión y expectativa. El conjunto dirigido por Diego Pablo Simeone se lo ha ganado a pulso con su famoso "partido a partido", esa retahíla que le ha llevado a ser respetado por sus rivales como en el pasado y a ser considerado como uno de los candidatos para luchar por el título de liga.
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Precisamente, tiene Simeone una cuenta pendiente con los azulgrana. Aún no le ha ganado al Barcelona desde que es entrenador del Atlético. Ha perdido los tres enfrentamientos anteriores (1-2 en el Calderón en la campaña 2011-12, y 4-1 en el Camp Nou y 1-2 otra vez en Madrid en la 2012-13). Sin embargo, en los dos envites de la Supercopa en agosto de 2013, consiguió igualar en ambos (1-1 y 0-0).
Será también la jornada del tercer reencuentro como rojiblanco de David Villa con su anterior equipo. Ya lo hizo en los dos partidos de la Supercopa el pasado verano y, además, anotó el tanto de los madrileños en la ida (1-1). El asturiano es un especialista en perforar la meta del Barcelona. Ha jugado contra los azulgrana en 16 ocasiones y ha hecho 8 goles (dos con el Zaragoza, cinco con el Valencia y uno con el Atleti).
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Muchos más firmó Leo Messi contra el Atlético (20 en 18 encuentros desde 2006), uno de sus rivales favoritos, al que, además, le endosado tres "hat-tricks". Uno el 6 de enero de 2009 en el Calderón (1-3), y los otros dos el 5 de febrero de 2011 en el Camp Nou (3-0) y el 24 de septiembre del mismo año y en idéntico escenario (5-0).
El campeonato de invierno espera ganador. Se trata de un reconocimiento honorífico que se concede al equipo que concluye la primera vuelta del torneo en la primera plaza. Sin embargo, en los últimos años, casi siempre, ser campeón de invierno ha sido sinónimo de vencedor liguero.
En la última década, el triunfador de invierno se llevó el título de liga en nueve ocasiones de diez y lograron el "doblete" en ese período en seis oportunidades el Barcelona, el Real Madrid en dos y el Valencia en una. Una cosa sí está clara: que un técnico argentino se apropiará el entorchado. O Martino o Simeone. Algo que no sucedía desde el curso 1994-95, cuando Jorge Valdano concluyó primero con el Real Madrid tras la primera rueda.
Atlético y Barcelona reeditan otro de sus grandes duelos. Como antaño, con el liderato y el prestigio en juego. El Calderón será una olla a presión, testigo de lujo de un clásico entre dos grandes de la liga española que vuelven a centrar todo el foco de atención.
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