Ese es su desafío siete años y medio después de aquel 4 de julio en el que dijo "hasta luego" al club de su vida para tomar rumbo a Liverpool; de aquel momento, "cuando era un chico de 24 años, que comprendió algo muy duro" para él: "Que necesitaba marcharme del Atleti para que el club pudiera crecer y yo pudiese crecer".
"Quizá fue el momento más duro de mi carrera. El tiempo nos ha dado la razón, el club ha ido creciendo, ha construido un equipo sólido y yo, por mi parte, también he conseguido los títulos que estaba buscando, pero siempre me faltaba algo. Quiero ganarlos aquí representando estos valores. Me quedan muchas cosas por ganar y lo intentaré aquí. Ojalá lo consiga", añadió el delantero madrileño.
La sala Vip estaba abarrotada para su presentación. Él, trajeado, sonriente, "feliz y emocionado", como él mismo apuntó desde el estrado en el que contestaba las preguntas de la prensa. En las gradas, con infinitas colas desde primeras horas de la mañana, ya aguardaban más de 40.000 aficionados su presencia sobre el césped.
"Entiendo que tengo un extra de responsabilidad por lo que estoy viendo de la gente. Estoy deseando empezar a jugar, que pasen los días de hablar tanto. Quiero jugar, ponerme la camiseta y saltar al Calderón", explicó Torres, al que le "faltaba algo" que le "ilusionase y eso lo podía tener aquí", en el club de su vida.
"Llevaba tiempo pensando y soñando que mi vuelta al Atleti podría ser una realidad", remarcó el atacante, observado sin pestañear por los jugadores infantiles del equipo ‘rojiblanco' que fueron subcampeones en el pasado torneo de fútbol 7 de Arona, sin desviar su mirada de un canterano que creció y triunfó en el primer equipo.
Torres vuelve a lo grande a un conjunto "campeón". No hubo ninguna duda de lo que representa para el Atlético y su afición. Nadie había reunido en una presentación tanta gente en el Calderón: más de 40.000 espectadores que desbordaron las previsiones y obligaron a habilitar más puertas de acceso -abiertas media hora antes de la hora prevista- y gradas para tanta gente.
Ni David Villa, con 20.000 espectadores hace año y medio; ni el colombiano Radamel Falcao, con 10.000; ni el croata Mario Mandzukic, con 8.000; ni el francés Antoine Griezmann. Los alrededores del Calderón eran como un día de partido, con coches aparcados encima de las aceras, con riadas de gente rumbo al estadio para ver a Torres.
Quince minutos antes llegó el esperado momento. Torres, con la camiseta rojiblanca, con el '19' a la espalda, acompañado de sus dos hijos, salió del túnel de vestuarios. Y el estadio estalló de júbilo en torno a un futbolista especial y esencial en la historia reciente del club madrileño.
"Es muy bonito volver a casa. Algún día me tendréis que explicar que he hecho yo para que me tratéis así de bien. Llevaba mucho tiempo esperando este momento. Por fin estoy aquí. Estoy deseando empezar a jugar y volver al Calderón vestido de rojiblanco", gritó el delantero, interrumpido por el 'Fernando Torres, lo lo lo lo...'.
"El equipo está ahora donde se merece, a la altura de su afición y a la altura de los mejores. Vamos a disfrutar juntos de esta etapa. El año pasado fue un gran año, pero sólo es un pasito más. Podemos ser mejores y necesitamos la ayuda de todos. Sois la mejor afición del mundo y para mí eso no va a cambiar nunca. Gracias de corazón. Siempre estáis por encima de lo que uno puede esperar".
La afición no paró de animarle. Prácticamente ni un segundo. Sólo cuando tomó el micrófono para dirigir esas palabras al público, agradecido y sorprendido por el recibimiento de la gente día tras día desde su vuelta, desde su primer entrenamiento, con cientos de personas demostrándole su inquebrantable cariño hacia él.
"Me habéis visto aquí con diez años y la mejor manera de demostrar el amor a estos colores es cada partido y cada entrenamiento dejándome la vida. Espero que sea mucho tiempo, que no haya un hasta luego, que esta etapa sea preciosa y llena de éxitos. El miércoles nos vemos otra vez. Y por mucho tiempo", afirmó.
Ese día, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey frente al Real Madrid, será el momento de su reestreno con el Atlético, cuando ya sentirá completamente su vuelta al equipo, porque le falta aún algo, un momento aún más esperado que su presentación: "Saltar al Calderón con la camiseta del Atleti".