Tras una investigación de la policía de Victoria, la FFA (Federacion Australiana de fútbol) impuso sendas suspensiones a los jugadores el 23 de septiembre de 2013, cuya validez la FIFA amplió al ámbito internacional el 30 de octubre. El 6 de diciembre, ambos futbolistas fueron condenados por delitos penales (comportamiento y facilitación de un comportamiento que influye o podría influir en el resultado de apuestas de un evento o del evento en sí).
Tras este fallo, la FIFA abrió un proceso disciplinario y, posteriormente, decidió sancionar a los jugadores con una inhabilitación de por vida que les prohíbe participar en toda actividad relacionada con el fútbol.
La confirmación de la sanción se hizo efectiva este lunes