El partido, como la historia, tiene un antes y un después: antes de la roja a Andrés Pérez (lo que llamaremos a.P.) y después de la roja a Andrés Pérez (por lógica, d.P.).
En la era a.P. el señor Pérez comenzó el partido con una plancha infame que bien pudo llevarlo a una expulsión temprana, pero que sólo le representó una amarilla. a pesar de estar condicionado, lo cierto es que con él el Cali mostró la solidez que lo tiene peleando la punta: un equipo bien parado en defensa y con una transición demasiado rápida al ataque que complica a cualquiera.
Por eso no es de extrañar que el gol llegara tras un error de la defensa del Tuluá: el arquero Britos rechazó mal una pelota que le volvió a quedar en el área a Fabra, que fue derribado. El penal lo cobró Rivas y al finalizar el primer tiempo el Cali ganaba 0-1 con cierta tranquilidad, pues con su orden lograba aguantar el buen trabajo de desgaste de los locales.
Ahora, ojo con este Tuluá, el recién ascendido es un equipo ordenados y sí, humilde en nómina, pero con mucho trabajo y velocidad. Por eso no extraña que tras la segunda amarilla a Pérez, al 11 del segundo tiempo, la era d.P. fue literalmente del rojo tulueño, que primero aprovechó el vacío en el medio campo para atacar con velocidad, y gracias a eso llegó el descuento en un penal polémico pero bien ejecutado por Ibargüen, y el gol del triunfo a través de un error en defensa que el mismo Ibargüen capitalizó al 24.
Minutos después sería expulsado Varela en Tuluá, y el último cuarto de hora del partido estuvo lleno de espacios y emociones, pero sin más goles. Cali, que alcanzó a ser líder, se quedó con 17 puntos en el quinto lugar; en cambio Tuluá, con 12 puntos, se metió en la pelea de los aspirantes a entrar a los ocho.
Ficha técnica:
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