Según los obreros que trabajan en las obras de la cancha, se habría encontrado un frasco que contenía "cuatro muñecos de fútbol, una ampolla de inyección con un líquido rosado, una hoja verde con el nombre del Atlético Huila, un dado y un billete de dólar", según reporta Bobadilla.
Por el momento, el conjunto ‘opita' se encuentra sin recinto debido a una remodelación, la cual aún faltarían meses para ser entregado y por el momento el Atlético Huila se encuentra jugando en el estadio de armenia y Bogotá.
Otras maldiciones del fútbol colombiano
"Me llaman a decirme que si a mí me interesa. A mí no me interesa eso, soy respetuoso de todas las tendencias y creencias, pero no creo en nada de eso, yo no me presto para esas cosas", dijo Julio Comesaña en septiembre del año pasado al revelar a Blu Radio que le habían advertido que al Junior, equipo que entonces dirigía, le estaban haciendo brujería.
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Lo cierto es que el caso del Junior y este del Huila no son ni los primeros ni los últimos de una larga serie de "conjuros" que han acompañado la historia de nuestro fútbol, repasemos las más famosas:
La maldición de Garabato: Benjamín Urrea, conocido en su juventud como 'Garabato', seguidor ferviente del América de Cali desde su fundación en 1927 e integrante de la dirigencia escarlata en 1948, no estaba de acuerdo con que el club se uniera a la Dimayor para disputar el torneo profesional de ese año. Para 'Garabato' el América tenía que seguir siendo amateur y mantener el esquema de temporadas internacionales y nacionales que tantos créditos le había dado esa década, pero la mayoría de socios opinó lo contrario.
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"Que hagan del América lo que quieran... pero juro por Dios que nunca serán campeones", dijo antes de dar un portazo y retirarse de la reunión, y curiosamente su maldición duró 31 años.
América fue incapaz de alzarse con un título hasta que en 1979 Gabriel Ochoa Uribe asumió el rol de exorcista y comenzó una historia deportivamente gloriosa que incluyó 13 estrellas en 29 años.
Sin embargo, el fin de la 'Maldición de Garabato' en Colombia fue el inicio de la misma en el continente, pues América tiene el antirécord de haber disputado cuatro finales de Copa Libertadores sin haber logrado un sólo título. Para más misticismo, este 31 de octubre se conmemora el partido en Santiago de Chile en el que perdió en el último minuto con Peñarol la corona continental de 1987.
La maldición de la mujer de Villanueva: Artemio Villanueva es uno de los nombres sagrados de Cerro Porteño. Arquero de grandes atajadas, el paraguayo fue figura en la década del 60 en la que inclusofue titular 21 veces de la selección guaraní, lo que le valió ser contratado por el Deportivo Independiente Medellín en 1973.
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Sin embargo, la campaña no fue buena y, a pesar del tercer lugar del Finalización, el DIM se quedó por fuera de la definición del título; lo mismo pasó el año siguiente y Artemio fue licenciado. Se dice que en Medellín le quedaron debiendo plata y que su esposa Liduvina (su verdadero nombre, aunque la tradición paisa la llamó Gudovina), mujer mística y con fama de hechicera en el Valle del Aburrá, maldijo al Poderoso.
Lo cierto es que Villanueva pasó por Quindío y Bucaramanga antes de regresar a su país en donde se convirtió en un prestigioso periodista y en un referente del fútbol de ese país, mientras el DIM se hundía en una mala campaña tras otra y los años y las décadas se empezaron a acumular desde su segunda estrella en 1957.
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A comienzos de este siglo la familia Villanueva recibió una visita: unos delegados del Poderoso fueron a pedirle a Liduvina que acabase la maldición y la ya anciana mujer aceptó. En 2002 se acabaron 45 años de maldición y en esta década el DIM ha sumado también los títulos de 2004 y 2009.
La maldición del padre Ramírez: Era la última fecha del campeonato de 1997 y Pereira y Unicosta se jugaban el descenso. Los matecañas jugaban frente a Once Caldas, pero tenían la tranquilidad de que si perdían, sólo un triunfo de los barranquilleros en Bogotá sobre Millonarios los iba a mandar a la B, y así fue: 1-0 con los albos, un inesperado 2-3 en El Campín y el equipo de Risaralda se fue tres años a segunda división... Pero no se fue solo.
Dicen en Pereira que un tal Padre Ramírez, párroco de una de las iglesias de la ciudad e hincha a morir del equipo de su tierra, maldijo a Millonarios el día en que su extraña derrota con Unicosta envió al Deportivo a la B.
"El azul nunca será campeón", cuentan muchos que fue la frase que recorrió la rivera del Otún, y lo cierto es que el equipo que en ese año era el flamante subcampeón del fútbol colombiano nunca volvió a figurar... hasta que en 2012 apareció el 'exorcista' Hernán Torres y por fin llegó la estrella 14.
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