Tras dos años en Segunda con el Landskrona BoIS y la última campaña en el Falkenberg, un recién ascendido al que, contra todo pronóstico, logró mantener en la Allsvenskan, la máxima categoría de fútbol en este país escandinavo.
El Helsingborg es el equipo con el que logró el éxito como jugador en Suecia antes de iniciar una larga carrera internacional y al que regresó para colgar las botas tras dejar el Barcelona.
A sus órdenes tendrá la próxima temporada, que comienza a finales de marzo, a su hijo Jordan, de 17 años y que fichó por el Helsingborg hace unos meses.
"Cuando surgió la oportunidad, sabía que era un paso en la dirección correcta. No hubo ninguna duda cuando recibí la oferta", declaró al ser presentado Larsson, que horas antes había comunicado que no seguiría en el Falkenberg.