Medios locales informaron que los objetos fueron lanzados por unos pocos aficionados que esperaron a que el equipo regresara a su hotel en la ciudad de Goiania luego del partido.
Hubo otros casos de violencia en Brasil el fin de semana, entre ellos un enfrentamiento entre distintos grupos de seguidores del Corinthians en su estadio.
Los aficionados se enfrentaron en las gradas y la policía tuvo que usar toletes para dispersar a la multitud. En Belo Horizonte, fans del Cruzeiro lanzaron piedras contra el autobús que transportaba a los jugadores del equipo rival, Atlético Mineiro, antes del partido en el estadio Mineirao. No hubo reportes de lesionados en los dos incidentes.
Autoridades informaron que cuatro seguidores del Atlético Mineiro que se dirigían al estadio fueron heridos por arma de fuego cuando se encontraban en una parada de autobuses en Belo Horizonte, pero se desconocía si los hechos tenían relación directa con grupos rivales de aficionados.
Cuando el Palmeiras regresó a Sao Paulo el lunes autoridades del equipo evitaron que se usara la terminal del aeropuerto por miedo a sufrir mayores ataques. Los jugadores abordaron el autobús en la pista antes de dirigirse a la sede del club.
Las críticas de los aficionados se centran en el presidente del club, Paulo Nobre, a quien acusan de hacer malas contrataciones desde que tomó el mando del equipo. A principios de este año Nobre se arriesgó al contratar al técnico argentino Ricardo Gareca, quien sólo estuvo tres meses en el cargo.
"Lo que sucedió fue inusual", dijo el recién contratado técnico del Palmeiras, Dorival Jr. "Ahora tenemos que avanzar para lograr una solución. Las cosas no pueden seguir así. Necesitamos cambiar nuestra actitud para que podamos darle alguna esperanza a nuestros seguidores".