Según la cadena CNNTürk, 67 fanáticos del Besiktas, actual líder de la tabla, fueron detenidos y liberados horas después tras ser interrogados por la policía.
El árbitro tuvo que suspender el encuentro en el minuto 92 cuando el Galatasaray, actual campeón, iba ganando por 1-2.
El colegiado mostró tarjeta roja a Felipe Melo, centrocampista brasileño del Galatasaray, quien hizo un gesto provocador al salir de la cancha que enfureció a los hinchas del equipo contrario.
La multitud arrojó sillas al campo, a los guardias de seguridad y a la policía, mientras que los jugadores de ambos equipos abandonaron rápidamente el campo para dirigirse a los vestuarios.
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Más de 76.000 seguidores del Besiktas, un récord en la liga nacional turca, acudieron al partido anoche.
Desde hace varios años, los derbis turcos solo se juegan con los seguidores del equipo local, con el fin de evitar enfrentamientos entre los hinchas de ambos equipos.
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Carsi, un histórico grupo de seguidores del Besiktas, muy activo en las protestas ciudadanas de Gezi, aseguró en su cuenta de Twitter que un nuevo grupo de hinchas, organizado por el partido gobernante de Justicia y Desarrollo (AKP), provocó los incidentes.