Los nipones pasaron como primeros de su grupo tras golear (5-0) a la tres veces campeona Arabia Saudí, que ha dado una muy pobre imagen, mientras que Jordania derrotó a Siria (2-1) tras remontar un gol en contra y ahora enfrentará en la siguiente ronda a Uzbekistán.
La historia del encuentro en el estadio Ahmad bin Ali de Al-Rayan se resumió en 20 minutos: los que tardó Japón en propinarle tres goles a un deprimido Arabia, que acabaría encajando una de las derrotas más humillantes de su historia.
Los nipones eran conscientes que la diferencia de goles podría ser crucial a la hora decidir el primer puesto del grupo y evitar a la peligrosa Uzbekistán, y salieron con gran ímpetu frente a una Arabia Saudí ya eliminada a la que solo podía animarla el orgullo.
Pero ni siquiera eso: los árabes se marchan a casa con cero puntos, ocho goles en contra y solo uno a favor, mal balance para una escuadra que atesora títulos regionales y fases finales de los mundiales.
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Además, Japón necesitaba resarcir su imagen, deteriorada tras el partido contra Jordania, en el que sufrieron para rescatar un punto con el tiempo añadido.
La figura del partido fue el delantero del Shimize S-Pulse japonés Shinji Okazaki, por el que se dice que está interesado el Stuttgart alemán.
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El atacante salió incluso más enchufado, ya que sabía que debía aprovechar la oportunidad que le dejaba la ausencia por lesión de su compañero del CSK Moscú Keisuke Honda.
En doce minutos ya había llevado a la red dos balones y participado en el tercero, obra de Ryoichi Maeda.
Ambos harían también el cuarto y el quinto, que dio a Okazaki su primer "hat-thrick" en una fase final, frente a una impotente Arabia Saudí, a la que pareció haber pesado como una losa la destitución en la primera jornada del portugués Jose Peseiro.
En el otro partido del grupo, Siria y Jordania luchaban por un puesto en cuartos, con ligera ventaja para los jordanos, a los que les servía el empate.
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Así, Siria tomó el control del partido, tuvo más posesión, pero a la postre cayó víctima de sus errores en defensa y su escasa lucidez en ataque.
La derrota duele más a los hombres de Veleriu Tita porque se adelantaron en el marcador gracias a una jugada bien trenzada que llevó a la red Mohmad al Zino al aprovechar en el área pequeña un rechace del portero jordano.
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La alegría siria duró apenas un cuarto de hora, el tiempo que tardó el defensa Ali Diab en introducir la pelota en su propia portería en una acción desafortunada que retrató los errores de coordinación de la retaguardia.
Diab trató de despejar con la cabeza un centro colgado desde el lateral del área sin aparente peligro, pero no escuchó la voz de su portero, que llegaba con ventaja.
El gol cayó como un valde de agua fría sobre el equipo sirio, que tardó en recuperar el dominio de la pelota y cuando lo hizo acusó el desgaste y careció de profundidad.
La victoria de Jordania lelgó a falta todavía de media hora de encuentro, cuando el delantero del Alki Larnaca chipriota, Odai al Shaify, aprovechó una nueva descoordinación de la defensa en un saque largo de puerta de su compañero Amer Shafi para meter su pie entre zaguero y portero y empujar el balón a la red.
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