En un comunicado, la Federación precisó que los comentarios hechos por el portugués después de que al Chelsea no se le concediera un penalti en el partido contra el Southampton del 28 de diciembre, que acabó con empate a uno, "fueron inapropiados y desprestigiaron el deporte".
Mourinho dijo tras ese encuentro en el St. Mary's, en el que Cesc Fàbregas recibió una tarjeta amarilla, que "hay una campaña contra el Chelsea".
"No sé por qué existe esta campaña ni me importa", comentó, para añadir: "Todo el mundo sabe que fue un penalti".
También opinó que "los medios de comunicación, los comentaristas, otros entrenadores, todos lo hacen, en alusión a poner presión sobre los árbitros".
Tras convocar al entrenador, la FA le multó por considerar inapropiados los comentarios pero le eximió en cambio de haber querido insinuar que los árbitros eran parciales.
El portugués recibió también una advertencia verbal por sus declaraciones antes del partido contra el Stoke del 22 de diciembre, que el Chelsea ganó por 2-0, cuando instó al árbitro Neil Swarbrick a hacer un buen trabajo en el estadio Britannia.