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"La espina que me queda en mi carrera es la selección”: Lionel Messi

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Lionel Messi perdió el Mundial 2014 y dos Copa América frente a Chile - AFP

El astro del Barcelona quiere añadir a su palmarés un título con la Selección absoluta de su país, con la que ya perdió varias finales en los últimos años y lo dejaron a puertas de celebrar.

A Lionel Messi no le alcanza con ser uno de los mejores futbolistas de la historia, ser millonario, tener una bella esposa y dos hijos, batir récords o ganar copas a manos llenas. Lo desvela no triunfar con la selección argentina.

Messi se siente incompleto. Vive como una deuda insoportable no haber ganado un Mundial o una Copa de mayores con la albiceleste.

El delantero se juega el martes ante Ecuador en Quito uno de los más duros desafíos: evitar que la selección quede afuera del Mundial Rusia-2018. Sería otra catástrofe para su ambición y para toda la Argentina futbolera.

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Lo ha dicho con todas las letras: "La espina que me queda en mi carrera es la selección, que jugamos varias finales y no ganamos ninguna".

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Pueden no creerle. Se puede pensar que ya tiene mucha plata, que le importa más su éxito incomparable en el FC Barcelona, que no siente la camiseta. O que no canta el himno en la ceremonia previa.

Pero ¿hay pruebas de cuál es su sueño? La noche del jueves en el estadio La Bombonera, antes del triste empate 0-0 con Perú, se vio por televisión una extraña imagen.

- Una fiera –

La cámara hacía el paneo de las caras de los jugadores. Se detuvo en Messi. Sonaba el himno argentino. La gente coreaba "ooo juremos con gloria morir...". Messi, no. Tenía una mirada temible. Parecía fulminar a algo o a alguien con los ojos. Su rostro tenía un ligero temblor, una mueca de furia. Preparaba la máquina de apilar rivales.

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Minutos después se vio que el volcán le bullía adentro. Se empecinaba en gambetear a cuanto peruano se le cruzaba. Quería hacer el gol por sí solo. Lo que menos le conviene.

Uno de los mejores jugadores argentinos de la historia, Ricardo 'El Bocha' Bochini, acaba de formular una sentencia: "Messi no tiene con quien jugar. Nadie se mueve para recibir el pase", pontificó. El ballet, a su alrededor, no funciona.

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Enrique Domínguez, su entrenador en juveniles de Newell's, dijo a ‘AFP’ que si bien Leo "tiene un carácter muy especial que no muestra mucho, se debe sentir muy angustiado".

Alguna vez el campeón mundial en México-1986, DT, filósofo y empresario Jorge Valdano dijo que Messi parece inofensivo y de pronto se convierte en "un arma de destrucción masiva".

- Trágame tierra –

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Messi es como Peter Parker, el joven maravilla del cómic que oculta ser 'El hombre araña' en la identidad de un inocente repartidor de pizza. Nunca negó su timidez. Es de esas personas que no lucen por el carisma. Es uno de aquellos a los que cuesta encontrar en medio de una fiesta.

Otra prueba, vaya paradoja, fue su renuncia a la selección. Fue conmovedor verlo comerse literalmente el césped del MetLife Stadium de East Rutherford -vecina de Nueva York-. Acababa de tirar afuera su penal en la tanda que Argentina terminó perdiendo contra Chile la final de la Copa América Centenario-2016. Se quería morir, quería que la tierra se lo tragase.

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"Para mí se terminó la selección. Ya lo intenté mucho, me duele no ser campeón con Argentina y me voy sin lograrlo. Es increíble, pero no se nos da. Son cuatro finales las que me tocó perder", anunció. Cayó con Brasil en la Copa América Venezuela-2007, con Alemania en el Mundial Brasil-2014 y también con Chile en la Copa América-2015.

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Sólo alguien que ama tanto puede sentirlo así. "Cambiaría mis cinco Balones de Oro (mejor jugador FIFA) por un Mundial", dijo una vez.

Cuando le preguntaron qué libro prefiere, dijo 'Martín Fierro', el poema nacional. La comida que más le gusta es el asado con ensalada. Su lugar en el mundo es la natal Rosario (300 km al norte de Buenos Aires). Es donde invierte dinero y donde se casó con Antonella, la novia deseada desde la infancia.

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"No le pesa la responsabilidad. Yo lo vi con 11 o 12 años luchando contra rivales que lo duplicaban en tamaño y nunca se achicó", dijo Domínguez. Tal vez por eso se quedó concentrado sin distracción ni familia antes de viajar a Ecuador. Con la espina clavada.

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