La progenitora de Samuel Kalu, futbolista del Burdeos de Francia, había sido retenida una semana atrás. Se desconoce si se pagó el rescate.
Ozuruonye Juliet Kalu fue raptada el pasado 27 de febrero mientras estaba en su vehículo de vuelta a casa, en el estado de Abia, donde los secuestros a cambio de un rescate son algo habitual.
Según la prensa local, el rescate reclamado por los secuestradores alcanzaba los 15 millones de nairas (36.000 euros), pero la policía no confirmó a la AFP si se mandó finalmente el dinero.
"Fue liberada cerca de la medianoche el lunes y ha podido reencontrarse con los suyos", afirmó Godfrey Ogbona, portavoz de la policía del estado de Abia.
"Las circunstancias de su liberación no me han sido todavía precisadas (...), pero continuamos la investigación para asegurarnos que los culpables sean arrestados y llevados a la justicia", añadió.
Kalu había debutado con la selección nacional nigeriana en octubre de 2018, poco después de haber llegado a la liga francesa con el Girondins de Burdeos.
Las familias de los futbolistas internacionales son los objetivos favoritos de los secuestros en Nigeria.
Durante el Mundial-2018, pocas horas antes del partido entre Nigeria y Argentina, el padre de John Obi Mikel, capitán de la selección, fue secuestrado por segunda vez en el estado de Enugu (sudeste).
Los raptos se multiplican desde hace una década. Al principio se dieron en el sudeste petrolero, donde el objetivo eran los trabajadores expatriados, pero se han extendido a todo el país. Las víctimas son ahora ciudadanos nigerianos de clase media o superior.
Las personas secuestradas son a menudo liberadas al cabo de unos días, tras el pago de un rescate.
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Updated: marzo 05, 2019 10:50 a. m.