El chileno Roberto Tobar fue designado por la Conmebol para arbitrar el duelo de ida de la final de Copa Libertadores y de inmediato la prensa argentina le recordó su prontuario.
"Ningún estadio me intimida". Esas palabras son del árbitro chileno Roberto Tobar, quien será el encargado de impartir justicia en el partido entre Boca Juniors y River Plate, de este sábado en la ida de la final de la Copa Libertadores, en el estadio La Bombonera.
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Pero más allá de su carácter, personalidad y actualidad, Tobar tiene algunos pecados del pasado que salieron a relucir en la prensa argentina tan pronto se conoció su designación.
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"En noviembre de 2012, cuando era promesa del arbitraje chileno, la ANFP despidió al director del Comité de árbitros, Mario Sánchez, y suspendió por ocho meses a cuatro asistentes, entre ellos Tobar, por reunirse clandestinamente para jugar a las cartas en un departamento de la ciudad de Santiago, beber alcohol y designar árbitros a dedo", informó 'Infobae'.
"El "Club del Póker", que duró dos años sin que se supiera de su existencia, fue uno de los casos más escandalosos de corrupción del fútbol chileno", agregó el mismo medio.
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Sin embargo, tras la sanción que tuvo que pagar y en medio de muchos señalamientos, Tobar regresó revitalizado e hizo buenas presentaciones, hasta llegar hoy a arbitrar el partido más importante de su carrera a sus 40 años.
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