El excapitán alemán Matthäus, campeón del mundo en Italia'90, no tiene dudas sobre cuál ha sido el gran triunfador de la pasada temporada, según expresa en una entrevista que difunde FIFA.com, con la que el portal oficial de la Federación Internacional inaugura una sección dedicada al Balón de Oro.
"En mi opinión, sólo hay un jugador merecedor del Balón de Oro: Lionel Messi. Ha vuelto a rendir a un nivel excelente con el Barcelona, y no se ha hecho solamente con la Liga de Campeones, sino también con el doblete en España. Aunque los títulos con Argentina se le resisten", señala.
Pese a que a Messi se le achaque que no logró conquistar la Copa América con la Albiceleste, Matthäus considera que "su bagaje goleador habla por él, por la brillantez de sus actuaciones, así como los triunfos que ha celebrado con el Barça. Posee una clase extraordinaria y demuestra constantemente la unicidad de su juego. Para mí sería una sorpresa mayúscula que el trofeo no fuera para Messi", destaca.
Tampoco tiene dudas sobre quién ha sido el mejor entrenador y también destaca los logros del entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, ganador del ‘triplete' en su primera temporada en el banquillo azulgrana.
"Luis Enrique es el máximo favorito en esta categoría. Dado que este año no ha habido ni Eurocopa, ni Mundial, es natural que el foco se centre más en el fútbol de clubes, y ahí ha sido el Barcelona quien ha sobresalido por encima del resto".
Matthäus habla desde la experiencia de un ganador del Balón de Oro, que recogió hace 25 años, al imponerse por delante del francés Jean-Pierre Papin (Francia) y del inglés Gary Lineker (Inglaterra) en la votación final.
"Fue un año magnífico para mí, y aquel galardón no fue sólo un premio a nivel personal, sino un reconocimiento a todo el combinado nacional. Eso sí, siempre es muy bonito recibir una distinción individual así", recuerda feliz el exinternacional de 54 años en su entrevista con FIFA.com.
"La verdad es que la época en torno al Mundial de 1990 fue la mejor de toda mi carrera. En Italia jugaban los mejores futbolistas del planeta, había muchas estrellas internacionales. Esta rivalidad y el reto que suponía jugar cada fin de semana contra ellos también me hicieron más fuerte", explicó.