Friedrich califica de "asquerosos" esos ataques en declaraciones que publicó el rotativo Neuen Osnabrücker Zeitung en las que comenta que se tratan "solo de la punta del iceberg", a la vez que ve escasas posibilidades de que la denuncia presentada por el entorno del jugador por las ofensas tenga éxito.
"Existen naturalmente posibilidades, ya que los autores siempre dejan huellas en la red. Pero en muchos casos su localización no resulta prometedora por falta de almacenamiento de datos" sobre sus movimientos en internet, explica el ministro.
Mesut Özil interpuso a comienzos de esta semana una denuncia por ataques racistas contra el propietario de una cuenta del portal Twitter que le acusó de no ser alemán.
El abogado del mediapunta, Sascha Beumer, decidió emprender acciones legales después de que un desconocido, a través de una cuenta denominada "@PiratenOnline", asegurase durante el partido entre Alemania y Dinamarca que el jugador no era alemán y cargase contra su nombre, de origen musulmán.
"¡Con seguridad, Özil no es alemán! Un papel no cambia los orígenes", aseguró el desconocido en su primera intervención en la red social y luego añadió que en el combinado nacional no debería jugar nadie con un nombre que no "sonase" alemán.
Poco después, a raíz de las protestas dentro y fuera de internet, el portal Twitter decidió bloquear el perfil desde el que se habían vertido los comentarios racistas.
Mustafa Özil, padre y representante del madridista, abogó por presentar la denuncia para "emitir una señal de que algo así no debería pasar nunca más".
"Aquí claramente se traspasó una frontera", agregó.
Özil, que jugó los tres partidos que disputó Alemania en lo que va de Eurocopa 2012, nació en la ciudad de Gelsenkirchen (oeste de Alemania) aunque sus padres proceden de Turquía, y siempre defiende su "alemanidad" frente a otros futbolistas turco-alemanes.