Según informaron fuentes judiciales, la fiscal milanesa Paola Pirotta ha solicitado el juicio para Maldini tras la investigación sobre él y otras 42 personas, entre ellas su esposa, Adriana Fossa, por supuestas prácticas ilícitas para obtener, entre otros beneficios, tratamientos fiscales favorables.
En el caso de la mujer del ex futbolista, sobre la que también pesaba la sospecha de corrupción, la Fiscalía de Milán (norte de Italia) pide el archivo del caso.
La investigación a Maldini, cuyo nombre apareció en la lista de la Fiscalía milanesa el pasado abril, llegó tras la interceptación telefónica de una conversación de enero de 2009 con Luciano Bressi, funcionario de la Agencia Tributaria italiana de Milán detenido en junio del año pasado y principal indagado por esta supuesta trama.
En esa conversación, según refirió en su día la Fiscalía, se puede escuchar a Maldini cómo pide a Bressi que le facilite información fiscal sobre Alessandro Paolo Baresi, hermano de dos futbolistas italianos, de cara a una operación inmobiliaria en la que pretende participar junto a éste en la región de Toscana (centro de Italia).
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Pirotta cree que Maldini, de 42 años y quien se retiró del fútbol profesional a finales de la temporada 2008-2009, se introdujo de modo ilícito, con ayuda de Bressi, en el sistema informático de la Agencia Tributaria con fines "no institucionales".
Además, según se puede leer en las actas de la investigación depositadas el pasado abril, el ex capitán "rossonero" contactó supuestamente con Bressi para que éste evitara controles fiscales a la sociedad "Velvet", de la que el ex futbolista es gestor y accionista mayoritario y cuya representante legal es Fossa.
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El ex internacional italiano, a través de su abogado, ha negado siempre las sospechas por las que se le ha investigado y ha afirmado estar "tranquilo y sereno" por todo este asunto.