El exfutbolista, uno de los más brillantes de la Inglaterra que jugó las semifinales del Mundial de 1990, volvió a rehabilitación por enésima vez para dejar la bebida, anunció su representante este viernes.
"Paul quiere hacer saber a todo el mundo que ha vuelto a la rehabilitación", dijo su agente, Terry Baker, en un comunicado difundido por A1 Sporting Speakers en su página en la red social Facebook.
"Está haciendo un serio esfuerzo para liberarse de sus demonios y tratar de deshacerse del alcohol en 2017", añadió.
El anuncio llega una semana después de que el exjugador de Newcastle, Tottenham y Lazio acabara en el hospital con una fractura de cráneo tras una pelea en el bar de un hotel de Londres. Según la prensa, fue empujado escaleras abajo tras insultar a los clientes y acabó además con dos dedos y varios dientes rotos.
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El comunicado revela que la muerte de su sobrino de 22 años, que tenía problemas mentales, afectó mucho al futbolista, que a lo largo de su carrera fue internacional en 57 ocasiones.
Desde que se retiró en 1984, sus problemas con el alcohol y la cocaína le han convertido en tema recurrente de la prensa británica.
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