Así lo indicó la Federación en un comunicado en el que subraya que la "situación particular del Mónaco crea un problema de equidad que se ha acentuado con el contexto económico y fiscal francés" y que quieren tratar este asunto con sus dirigentes.
El club, propiedad del multimillonario ruso Dimitriy Rybolovlev y que entrena el italiano Claudio Ranieri, lidera la segunda división francesa, con 63 puntos y 9 de ventaja sobre el cuarto y límite del ascenso, a falta de seis jornadas para que concluya la temporada.
Una vez que el club, la FFF y la LFP hayan alcanzado un acuerdo, se lo transmitirán al Ministerio de Deportes para que "las medidas se inscriban en un marco legal adaptado", según el comunicado de la Federación Francesa de Fútbol.
Sin embargo, el club monegasco no tiene ninguna intención de trasladarse fuera de ese exclusivo y diminuto Estado y pretende "quemar todas las naves" contra la obligación de mudarse antes de junio de 2014, según las declaraciones a los medios de comunicación de su vicepresidente, Jean-Louis Campora.
"Maquillarlo en la reglamentación sólo tiene un objetivo: poner al Mónaco de rodillas", insistió Campora, que descarta que el club fundado en 1924 pueda terminar solicitando una plaza en el campeonato de Italia, país con el que no tiene frontera y del que le separan sólo 15 kilómetros.
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Mónaco, que se convirtió en una estructura profesional en la temporada 1933-1934, considera que ha "contribuido a dar renombre al fútbol francés y ha formado jugadores que han logrado títulos con la selección nacional de Francia", insiste el vicepresidente de un club célebre por su cantera, de la que salieron Lilian Thuram, Emmanuel Petit o Thierry Henry, entre otros.
"El club se mostrará firme y va a defender sus derechos, desde el respeto de las reglas, en relación con el ataque que acaban de hacerle", declaraba en los últimos días Campora, máximo responsable del club durante 28 años.
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Más allá de las conocidas particularidades fiscales de Mónaco, la desigualdad respecto al resto de equipos podría acrecentarse si prospera la iniciativa del Gobierno francés de obligar a las empresas a pagar un 75 por ciento de impuestos sobre el salario de los empleados que superen el millón de euros.
Ese proyecto no excluirá a los clubes de fútbol, lo que generaría aún más problemas de competencia desleal entre el conjunto de equipos franceses y el foráneo Mónaco, por el que han desfilado en el pasado jugadores como los franceses Djorkaeff, Trezeguet, Barthez, Giuly, Squillaci, el brasileño Sonny Anderson, el liberiano George Weah, el alemán Jürgen Klinsmann o el español Fernando Morientes.
Entre quienes se han pronunciado a favor del Mónaco están el exinternacional francés Patrick Vieira, que disputó 107 partidos con la elástica de los ‘bleus' en su dilatada carrera profesional, en la que pasó por clubes como Milan, Arsenal, el Inter, Juventus o Manchester City.
"Creo que hay que mantener la tradición. Después, puedo comprender la decepción de los otros clubes", declaró en los micrófonos de la emisora monegasca "RMC" Vieira, que nunca militó en el club del Principado, pero que abogó por buscar una solución negociada.
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Mientras Federación, Liga, club y Gobierno intentan encontrar esa solución dialogada, Campora insiste en que "la prioridad" del club es "tener un buen equipo" para, una vez reconquistada la categoría que perdió en 2011, pueda recuperar también la gloria de años pasados para un palmarés que cuenta con siete títulos ligueros en Francia y un final de la Champions en la temporada 2003-04.
Los rumores de nuevos fichajes para esa nueva etapa monegasca no se han hecho esperar y ya suenan David Beckham, mediática estrella de París Saint-Germain (PSG), o el centrocampista de Olympique de Lyon Yoann Gourcuff, un joven prodigio que a sus 26 años aún no ha demostrado ser el futbolista que Milan o Burdeos creyeron fichar.
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