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Real Madrid se enredó al final, pero con victoria 3-4 ante Shakhtar se reivindicó

Tras la paliza que recibió en la liga española del Barcelona, el conjunto ‘merengue’, ya clasificado, hizo lo propio en Ucrania y alcanzó los 13 puntos en el grupo A de la Champions League.

 

Real Madrid se levantó del duro golpe del Clásico, con una autoridad inicial en lo que era una goleada que certificaba su pase a octavos de Liga de Campeones como primero de grupo, claramente superior al Shakhtar Donetsk hasta una relajación final que costó tres goles y volvió a mostrar una imagen endeble que inunda de dudas la reacción (3-4).

 

El Real estaba obligado a reaccionar y tiró de galones del club más laureado de Europa antes de dejarse ir y acabar pidiendo la hora. Con revolución en el once de Rafa Benítez, con la entrada de siete jugadores que no fueron titulares en el Clásico.

 

Antes de su desconexión, al ritmo de Modric controló el partido con criterio, encontró en Isco el referente en el toque, en Casemiro el 'ángel de la guarda' siempre bien ubicado para realizar su función, y al fin apareció Bale por el costado izquierdo para desequilibrar y regalar un doblete a Cristiano Ronaldo.

 

Necesitaba marcar el astro portugués, desaparecido en el Clásico cuando el Real Madrid gritó en busca de un referente. La actitud del equipo fue distinta en Lviv. Saliendo por el rival, presionando de verdad con las líneas adelantadas, teniendo criterio con el balón que tocaban siempre con rapidez Modric e Isco.

 

Nacía el encuentro y Cristiano perdonaba la acción más clara para marcar. Era el minuto 2 y la carrera de Kovacic, gran sorpresa entre tanto cambio de Benítez, le dejó el balón a Modric en una zona para inventar y el pase del croata dejó solo a Ronaldo. Con todo para marcar chutó arriba.

 

El dominio blanco se lo intentó quitar por momentos el Shakhtar. Encontró en el costado izquierdo la velocidad de Azevedo, pero nunca en el primer acto el remate que inquietase a Kiko Casilla. Había pocas ocasiones de gol y la sensación de control era madridista. Cristiano lo reflejaba en el marcador. La primera acción con movimiento de desmarques arriba, Modric puso el balón a la rapidez de Bale, que remató de cabeza adelantándose al defensa y aprovechando la mala salida del portero, para que Cristiano remachase a placer el primero de una noche helada, con -3 grados.

 

Corrigió Benítez errores tácticos del Clásico juntando líneas. Y pudo ser casualidad, dada la libertad de los jugadores de arriba, pero Bale tiró hacia su zona natural y al fin brilló. Siempre que apareció por la izquierda generó desequilibrio. En dos acciones seguidas mostró su nivel. Un buen centro lo remató blando Cristiano con la testa a la media hora del duelo.

 

La peor noticia para el Real Madrid llegó con la lesión muscular de Varane. Nacho pasó al centro de la defensa y Danilo saltó al césped en el costado izquierdo. Las lesiones se ceban con la zaga sin Sergio Ramos, ni Marcelo.

 

Bale estaba con confianza y lo intentó desde lejos pero se topó con Pyatov y al borde del descanso remataba alto el rechace de un disparo de Isco. Apenas un cabezazo desviado de Galdkiy era el pobre bagaje ofensivo local.

 

En la reanudación, el Real Madrid extendió su dominio y fue un rodillo. Tuvo espacio para correr y es cuando exhibe pegada. En el 50, tras una transición rápida, Cristiano recortó y asistió a Modric, que llegando por sorpresa desde atrás, chutó arriba, imparable para el portero ucraniano.

 

Se había desatado el equipo de Benítez, cómodo sobre el césped. Segundos después del segundo tanto, Cristiano tenía un mano a mano en el que no acertaba y al 52 llegaba el golazo de la noche. Una subida de Carvajal por su banda la culminó con un túnel con la derecha a Azevedo y un toque sutil de zurda a la escuadra.

 

Los intentos de reacción del Shakhtar encontraban golpes de autoridad del Real Madrid. Bale volvió a lanzar una de sus carreras por la izquierda, como aquella de la final de Copa del Rey, pero en esta ocasión asistió a Cristiano para el cuarto. Restaban 20 minutos para el final y los jugadores madridistas dijeron hasta aquí.

 

Guardaron fuerzas para Ipurua y la desconexión comenzó siendo una broma con un penalti riguroso de Casemiro a Taison, que aprovechó Alex Teixeira con disparo ajustado que rozó Casilla, pero se agravó con un despiste a balón parado. Saque de esquina prolongado en el primer palo para que a placer, en el segundo, Dentinho solo pusiese el 2-4.

 

No estaba ya Modric sobre el césped y ningún jugador madridista asumía el liderazgo para esconder la pelota a un rival resucitado. La pasividad defensiva costaba el tercer tanto local. De nuevo Taison, que resucitó al Shakhtar con su entrada, y otro remate con clase de Alex Teixeira. Restaban dos minutos que no dieron para más, pero lo que era un paseo con autoridad acabó en una imagen endeble de un equipo que busca la salida de su crisis y cortó su mala racha.

 

 

Ficha técnica:

 

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